Tan sólo quedan tres jugadores en la primera plantilla del Villarreal del año del descenso, el capitán Bruno, Musacchio y Mario Gaspar, que por aquella época era un talento en potencia. El talaverano debutó en primera división en 2009 con Pellegrini; luciendo el dorsal 27 ya que era aun jugador del filial. Su progresión desde 2011, cuando empezó a entrar en los planes de Garrido de forma habitual, pasando por segunda división y retornando a primera, ha sido sencillamente espectacular. La competencia que vivió en el año post-descenso con Javi Venta desapareció con la marcha de éste; no ha vuelto a perder la titularidad con Marcelino.

Muchas esperanzas depositadas en el talaverano

Tras una temporada anterior más que meritoria del lateral, al que Marcelino llegó a reclamar abiertamente para la selección absoluta, había unas expectativas ciertamente elevadas acerca de su rendimiento. Había demostrado ser terriblemente rápido pese a su extraña forma de correr, hábil en el cuerpo a cuerpo y casi infalible cazando balones enviados a su espalda. Además, siempre creaba peligro con las subidas por su carril aun sin ser un virtuoso del esférico. Por tanto, los ojeadores de más de un gran club estaban pendientes de Mario. 

La misma importancia que en los últimos tiempos

Aunque el Villarreal decidió adquirir al lateral serbio Rukavina en verano de 2014 con el fin de aumentar la calidad en dicha demarcación, Mario ha seguido conservando la titularidad en detrimento del serbio, que incluso ha actuado en más ocasiones de lateral izquierdo o incluso de interior que en su posición natural. Los grandes de la élite le han sufrido en más de una ocasión, ya que siempre ha demostrado ser un hueso duro de roer. Quizá este curso haya destacado menos en la faceta ofensiva, logrando dos goles, ambos antes de noviembre; el primero lo marcó ante el Athletic y el segundo al Sevilla, ambos en El Madrigal y terminaron con sendas victorias, 3-1 y 2-1. El cambio de juego propuesto por Marcelino en que todos se centran más en tareas defensivas puede haberle perjudicado a la hora de crear peligro arriba, pero sin duda le ha otorgado una mayor solidez. 33 partidos disputados en Liga, 10 en Europa League y 7 minutos en San Mamés en Copa del Rey suponen más del 75% de los minutos , cifras sólo alcanzadas por grandes futbolistas, más aun en un equipo que va a disputar la Liga de Campeones.

Menos regularidad que le ha impedido ir a la Eurocopa

Si bien es cierto que Mario realiza actuaciones sobresalientes en la mayoría de los partidos, esta campaña no ha salido bien parado en algunos duelos importantes, como el del Bernabéu o el del Pizjuán, donde se vio desbordado por Cristiano y Konoplyanka respectivamente. No mostró en ningún momento secuelas de la lesión sufrida a finales de noviembre en el Coliseum y eso le permitió jugar el denominado derbi de Nochevieja. Incluso ha ejercido de central en alguna ocasión, por lesiones de los demás zagueros o por expulsiones inoportunas, aunque se ha desenvuelto correctamente. En octubre y noviembre de 2015 jugó dos partidos con la selección, donde anotó un gol en cada partido y demostró aptitud para defender la elástica roja en la Eurocopa de Francia. Por desgracia, finalmente Juanfran y Bellerín, en sustitución del lesionado Carvajal,  han sido los elegidos para defender esa banda; banda que, en El Madrigal, de momento se encuentra bien protegida.