El último derbi cántabro de la temporada en Segunda División B no ha cumplido ni mucho menos con las espectativas puestas en él. Partido aburrido, descafeinado, que en ningún momento ofreció la sensación de que uno de los dos equipos era capaz de llevarse los tres puntos. Tras el similar encuentro Noja - Racing de hacía tan solo cuatro días, la afición verdiblanca esperaba que aquello tan solo hubiese sido un pequeño traspié y que el equipo consiguiese desquitarse esta jornada y dar un paso casi definitivo en la conquista del liderato. En los momentos previos al inicio del choque se vivió un ambiente excepcional, en el cual -entre otras cosas- un sector de la afición racinguista desplegó un mosaico con estandartes de la estela cántabra y una pancarta en la que se podía apreciar: "Arronti Racing, arronti Cantabria".

Además, el partido sirvió como pretexto para homenajear al fútbol femenino de Cantabria e incitar a las féminas de la región a practicar el deporte rey; así como a los clubes cántabros a que estableciesen equipos femeninos en todas las categorías posibles. Las entradas para las mujeres en este derbi cántabro tuvieron un precio de tan solo cinco euros, y la salida al terreno de juego durante el intermedio del encuentro de unas pequeñas futbolistas sirvió para cerrar la jornada de homenaje al emergente fútbol femenino. Ya en lo que al Racing - Tropezón se refiere, saltaron ambos conjuntos al terreno de juego portando una bandera de Cantabria, y antes del pitido inicial el capitán verdiblanco Francis le entregó a su homólogo taniego un banderín del club en recuerdo de la primera visita oficial del Trope a El Sardinero.

Primera parte soporífera

La primera parte fue una auténtica tortura para los espectadores, en especial para aquellos que venían al encuentro poco después de despertarse de su siesta. Tampoco ayudaba en absoluto ahber tenido minutos antes una buena comilona de Jueves Santo. El Tropezón comenzó el encuentro muy bien colocado, con un planteamiento visiblemente defensivo y esperando al Racing en su campo. No obstante, los de Paco Fernández no hacían ademán alguno por matar el encuentro antes del descanso. Se les veía sin ideas, tocando atrás constantemente y fallando a la ahora de la creación ofensiva. El once inicial santanderino dejó en evidencia su entrenador, que durante el trnascurso de la semana y los días previos al partido ante el Noja había dejado claro que no iba a permitir relajación en la plantilla.

Sin Mariano (que cumplía ciclo de cinco cartulinas amarillas) ni Koné (convaleciente de la lesión que le impidió jugar el pasado domingo en La Caseta -aunque luego saldría en la segunda mitad-), el peso ofensivo del equipo recaía en el canterano Concha y en el creador de juego verdiblanco por excelencia, David Miguélez. Las dos únicas ocasiones del Racing en los primeros cuarenta y cinco minutos -ocasiones por llamarlas de alguna manera- estuvieron en las botas de Ander Lafuente e Iñaki. En la primera de ellas, una buena internada por banda izquierda de Iñaki propició el 'pase de la muerte' del propio interior riojano, que fue rematado en boca de gol con un buen recurso por Lafuente y sacado a duras penas por Nando sobre la línea de gol.

Nando sacó sobre la línea un sutil remate de Lafuente

Minutos después, un gran pase largo de Javi Soria dejó solo ante el portero taniego a un Iñaki que controló a la perfección y experimentó un cambio de ritmo decisivo para llevarse el cuero controlado. Sin embargo, al ex de la UD Logroñés le pudo la presión y sus consiguientes dudas propiciaron que el defensor del Trope se le echase encima para recuperar el cuero, en una acción en la cual gran parte de la afición racinguista reclamó penalti. Por su parte, el conjunto de Lolo Herrera basó sus escasos acercamientos al área de Alejandro en tímidas jugadas a balón parado, que o bien no encontraban rematador o bien eran repelidas por la zaga local. Con el 0-0 se llegó al descanso. Muchas bocas abiertas -y no precisamente de asombro- en El Sardinero y la sensación de que si las cosas no cambiaban en el segundo tiempo todo iba a seguir igual.

La entrada de Koné y Ayina mejoró ligeramente el juego local

El segundo tiempo comenzó como acabó el primero, con el sopor y la galvana reinando sobre el terreno de juego y el graderío de El Sardinero. Paco Fernández sabía que tenía que hacer algo, por lo que dio entrada a Koné y Ayina en este orden. Con su presencia en el terreno de juego, unida al buen partido de Ander Lafuente -de los únicos, o el único si me permiten, salvables en el día de hoy-, el Racing experimentó una cierta e insuficiente emjoría en la faceta ofensiva. El delantero marfileño tuvo una buena ocasión en un mano a mano ante Laviana, pero nuevamente evocó a partidos pasados y se lió al tratar de regatear al meta taniego. Minutos después, el conjunto local iba a gozar de la mejor ocasión del encuentro. Lafuente obligó a estirarse a Dani Laviana con un buen remate de cabeza desde el punto de penalti tras un buen centro de Koné precedido de una buena jugada por banda izquierda.

Se oyeron algunos silbidos durante el transcurso de la segunda mitad

El tiempo pasaba y el Racing no acababa de reaccionar. Se comenzaron a oir en la grada los primeros silbidos, que con el paso de los minutos iban in crescendo (sin llegar en ningún momento a un nivel escandaloso). Eran las primeras quejas de la soberana afición racinguista desde que allá por el mes de enero se cesase al anterior Consejo de Administración. Mientras tanto, el Tropezón buscaba su oportunidad de dar la campanada y certificar virtualmente su salvación, pero el cuadro verdiblanco se mostró otra vez muy seguro atrás y encadenó su cuarto partido consecutivo sin recibir gol. El partido finalizaba con un nuevo acercamiento de peligro local, pero Ayina se durmió y no acertó a conectar un disparo en el mano mano, y la jugada acabó finalmente en un saque de esquina que no trajo consecuencia alguna.

Racing y Trope, un punto más cerca de su objetivo

Con el pitido final se escucharon de fondo nuevos y tímidos silbidos. Los jugadores taniegos no celebraron en exceso el punto obtenido, como se espera de un equipo que saca algo positivo del difícil feudo santanderino, por lo que los más escépticos del lugar comenzaron a murmurar sobre un hipotético pacto. La próxima jornada, el Racing de Santander viajará a Logroño para medirse en Las Gaunas a la UD Logroñés y tratar de certificar de una vez por todas el liderato. Por su parte, el CD Tropezón recibirá en Santa Ana al otro equipo de Logroño, la SD Logroñés, en un duelo directo por la permanencia en la categoría de bronce.