Osvaldo Príncipi ni siquiera había terminado el secundario cuando logró entrevistar al legendario Carlos Monzón, considerado como el mejor peso mediano de la historia argentina y el hombre por el cual el periodista afirmó que se “enamoró del boxeo”. Desde joven ya corría por sus venas la pasión por el deporte de los guantes y el relato. Realizaba  una columna deportiva en su programa “Rincón Neutral”, trasmitido por la radio de la localidad de Mercedes, su pueblo natal. Lo que seguramente nunca hubiera imaginado es que su voz trascendería a lo largo y a lo ancho de la historia del pugilismo nacional.

Príncipi está catalogado como uno de los mejores analistas de boxeo. Disciplina que vivió en carne propia a los quince años cuando decidió calzarse los guantes y subirse a un ring. La odisea por el deporte de los puños no duró mucho. Fueron tan solo cinco combates como amateur (cuatro derrotas y un empate) que pusieron fin a su ilusión pugilista y dieron comienzo a sus ganas de descubrirlo y describirlo desde el otro lado.

Su voz hace vibrar a todo el país cada vez que se presenta una reyerta de suma trascendencia para la historia nacional. Según Príncipi, la clave es una sola: El sentido es llevar al espectador a lo que yo estoy viviendo y sintiendo, confiesa el hombre de 57 años que siente el boxeo como un elemento infaltable en su vida.

 - ¿Cómo ve la actualidad del boxeo nacional?

- En lo profesional es un buen momento. Tiene que sostener el retiro de Maravilla Martínez y los traspiés del Chino Maidana con Floyd Mayweather, que pese a ser derrotas, determinaron una sensación muy especial en el público y lograron recuperar el prestigio. Todo eso y otros boxeadores lo mantienen en un movimiento de calificación muy potable. Creo que en la actualidad, después del fútbol,  el boxeo ha vuelto a ser junto con el automovilismo el deporte más importante que tiene Argentina.

- ¿Y a nivel amateur?

- Es imposible definirlo. Porque se encuentra dentro de un desorden reglamentario absoluto, y no sería serio opinar del amateurismo, el cual hoy es muy difícil diferenciarlo del profesional. Esto viene desde que la Asociación Internacional de Boxeo Amateur (AIBA) ha hecho una serie de horrorosas medidas reglamentarias, la cual es imposible diferenciar el principio del boxeo profesional con lo top del  amateur.

- ¿Qué opinión le merece la Federación Argentina de Box (FAB) como institución?

- La FAB se maneja como cualquier otra organización deportiva de Argentina. No tiene en este momento individualidades para destacar y se ha convertido en una entidad administrativa extremadamente dependiente de las reglas de la AIBA, que son limitadas y malas. Ha perdido personalidad en afirmar el boxeo clásico y propio de la República Argentina. Es un momento de cinco puntos para su definición general.

- ¿A su criterio quién es el mejor boxeador argentino del momento?

- Sin dudas el Chino Maidana. Lo que alcanzó con Mayweather fue un efecto que el boxeo nacional hace mucho no vivía, y la primera pelea entre ellos dos alcanzó los momentos cumbres en los cuales los pocos argentinos pusieron en apuros a los número uno. Maidana es el boxeador más importante que tiene Argentina.

- ¿Ve alguna promesa entre los púgiles nacionales?

- Este es un muy buen momento de realidades, que es más importante que tener promesas. Porque hay un lote debajo de Marcos Maidana, Lucas Matthysse, y Omar Narváez  constituido por Juan Carlos Reveco, Diego Cháves y Jesús Cuellar, que es un trío interesantísimo. Pocas veces el boxeo argentino tuvo un recambio inmediato y consolidado como este para sus campeones del mundo veteranos. Las promesas pueden nacer y morir en una pelea. De ahí a la conversión hay un tramo largo que dependen de muchos factores, tanto para subir como para bajar. Vale la pena apuntar en este momento a las realidades, que son muy buenas. 

- ¿Con qué argumentos sostiene que el boxeo es un deporte?

- El boxeo es algo más que un deporte. Es un gran espectáculo regido por leyes deportivas, y es un tema que requiere de capacidad para opinar. Se hace un tratamiento filosófico de lo que “yo pienso”, lo que “me gusta y no me gusta”. Si se  opinase así cada actividad y cada alternativa según los gustos y no el conocimiento, el mundo y sus actividades estarían volcadas a un sinfín de opiniones distintas. El boxeo además es una actividad laboral tentadora, llamativa y que causa sorpresa día a día. No sólo el boxeo profesional, sino el deporte profesional, el que consume la gente, es un gran espectáculo.