Estudiantes de La Plata contó en este 2014 con un plantel plagado de jugadores de las inferiores del club, pero poco a poco fueron llegando los resultados pronosticados a partir de las condiciones técnicas de varios futbolistas.

Quizás Mauricio Pellegrino se quedó algo corto con las incorporaciones. Existen recambios de calidad en varias posiciones y otros nombres dignos en la Reserva que pueden suplir alguna lesión. Pero los refuerzos, en su mayoría, no resultaron eficientes por cuestiones extrafutbolísticas. Algunos recién se están amoldando al día a día del club, caso Sebastían Prédiger. Otros, en tanto, les falta crecer para afianzarse en el primer equipo, como por ejemplo Julían Marchioni. Por último, aquellos que confirmaron con el pasar de la competencia que no les da el cuero para vestir la camiseta de Estudiantes.

Ante el mencionado panoramana, el equipo de Mauricio Pellegrino deambuló por los máximos extremos de rendimientos a lo largo del año. Tuvo muy buenas actuaciones en los tres partidos ante el River sensación de Marcelo Gallardo, incluso, quitándole el invicto en un partido por el torneo local, luego de haber sido eliminado por el mismo rival en la Copa Sudamericana.

El contraste fueron los rendimientos muy flojos ante rivales inferiores como Huracán, (le costó la eliminación de la Copa Argentina) y Godoy Cruz, lo que le imposibilitó seguir con chances en el Torneo Transición.

Las diversas oscilaciones faltaron a la regularidad del equipo en todas sus líneas, y el popular término futbolístico -la regularidad- determina si un equipo llega a pelear un título o se queda en el camino. Y estos jugadores tuvieron grandes rendimientos pero a la semana se relajaron, situación característica de un plantel en proceso de maduración.

Ese es el salto de calidad que el equipo de Mauricio Pellegrino viene amagando un campeonato tras otro. Y ahora podemos asegurar que todos los jugadores de la cantera cuentan con al menos un torneo en el lomo, por lo que están en condiciones de apuntar más alto.

Sacando a Gerónimo Rulli, Jonathan Silva y Joaquín Correa (el primero y el tercero, de los mejores del año), quienes fueron vendidos a Europa, el resto de los jóvenes deberán ingeniárselas para cumplir con las expectativas que auguraron este último tiempo. Se trata de Agustín Silva, Mauricio Rosales, Gastón Gil Romero, Leonardo Jara, Carlos Auzqui y Guido Carrillo. Detrás de ellos, asoman Julián Marchioni, Maxi Oliva y Matías Presentado.

En cuanto a los rendimientos anuales, la línea más destacada fue la delantera con Guido Carrillo a la cabeza. El joven de Magdalena tuvo el crecimiento más notorio entre sus compañeros, al punto de ser considerado entre los mejores delanteros del fútbol argentino. Se amoldó a dos punteros con distintas características como lo son Franco Jara y Diego Vera.

Por su parte, a la última joyita Joaquín Correa, flamante incorporación de Sampdoria, le alcanzaron algunos destellos durante el semestre para conformar el podio junto al arquero Gerónimo Rulli, quien fue la revelación de la primera parte del año. Su puesto cayó en una meseta cuando se fue a Europa, que ni Agustín Silva ni Hilario Navarro supieron llenar. En tanto la defensa, de un nivel aceptable en general y con un Desábato interminable, deberá encontrar la complementación adecuada con el doble cinco en el retroceso defensivo.

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