El primer tiempo arrancó complicado para el Rojo, el rival se paró firmemente dentro del campo de juego y le cerró todos los caminos. La tarea para Toledo y Nicolás Tagliafico no era para nada sencilla, el mediocampo comandado por Ortíz y Mancuello como ejes de juego que trataban de romper la línea defensiva de los de Peluso, la participación de Juan Manuel Lucero y Diego Vera se veía opacada por la presión de los marcadores centrales.

Recién a partir de los 20 minutos el dueño de casa logró hacerse de la pelota y acercarse un poco más al área de Robinson Zapata. Algunos tiros libres desde el magistral pie del Capitán hacían temblar el área rival. Cuando el partido pasaba en sus parámetros normales, un penal dudoso de Yerry Mina sobre el cruce de Trejo, al árbitro no le tembló el pulso para cobrar la pena máxima, el responsable de patear era un especialista, el Ruso Rodríguez desde los doce pasos llevaba una marca de 17 penales convertidos (entre primera división y reserva) pero su suerte se acabó cuando Zapata le adivino la intención y contuvo el tiro.

Lo que restaba de la primera mitad se volvió un ida y vuelta constante, en donde ahora sobraban espacios y ambos rivales pensaban más en el arco de su rival que en el propio.

El complemento arrancó de igual manera que finalizó el primer tiempo. Con Mauricio Pellegrino viendo el partido desde un palco, el local manejaba un poco más la pelota pero Santa Fe le bloqueaba bien los espacios y cada vez que le quitaba la pelota contraatacaba con mucha dinámica y explosión.

A los 20 minutos llegaba un balde de agua fría para Independiente, una jugada espectacular de Leyvin Balanta que combino dominio de balón y velocidad para sobrepasar a Toledo y una vez ingresado al área definir al primer palo y dejar sin respuestas a Rodríguez, el arquero del Rey de Copas no se encontró en su mejor noche. El nerviosismo se empezó a acrecentar, Ortíz no estaba preciso, los laterales no pasaban al ataque en su mejor versión y perdían muchas pelotas ante la presión de los jugadores cafeteros.

Un tiro libre de Mancuello al ras del piso que evitó de muy buena manera Zapata fue la más clara para el local luego del gol. El equipo de Avellaneda iba con empuje pero sin claridad, lejos se vio el funcionamiento de otros partidos.

Perdió, pero la ilusión de darlo vuelta no se la quita nadie. Ahora dentro de una semana tendrá que viajar a la altura de Bogotá para intentar revertir la serie y tratar de quedarse con la clasificación.