Boca terminó el 2016 siendo una máquina arrasadora. La seguidilla de clásicos fue perfecta, con tres triunfos en tres partidos y la goleada como local ante Colón fue el broche de oro perfecto. El puntero del campeonato encontró en ese último mes un rendimiento ideal y una efectividad que ilusiona.

Pero mantenerse siempre es lo más complicado, y hay un par de vallas en el camino del xeneize. La lesión de Guillermo Sara en la previa del partido ante River le dejó el buzo titular a Axel Werner, que tuvo rendimientos aceptables en sus dos cotejos. Pero el entrenador azul y oro pide constantemente un arquero, ya que el joven que recibió tres goles en dos partidos se va en Junio, y el ex Atlético Rafaela y Betis no va a jugar hasta mitad de año. Con el pase de Mariano Andújar en standby y el de Sergio Romero casi descartado, el encuentro de mañana tendrá al jugador del Atlético de Madrid bajo los tres palos. 

El otro obstáculo es reemplazar a Carlos Tevez. Si bien esta es una tarea casi imposible, sobre todo desde el mercado de pases donde jugadores de su nivel son imposibles de encontrar a un precio accesible, hay un plan en el cuerpo técnico, y se trata de volver a las bases.

En su paso por Lanús, la formación predilecta del Mellizo fue el 4-3-3, que en Boca casi no pudo usar porque es un esquema incómodo para el Apache. Pero tras su salida, y viendo el plantel disponible, un ataque compuesto por Cristian Pavón, Darío Benedetto y Ricardo Centurión, abastecido por el mediocampo de Pablo Pérez, Fernando Gago y Rodrigo Bentancur suena como una buena opción. O por lo menos hipotéticamente, ya que el uruguayo está con su selección Sub 20 disputando el Sudamericano en Ecuador (donde también están los xeneizes Molina, Torres y Chicco representando a la Argentina).

El partido de mañana ante Estudiantes será vital para probar variantes. Guillermo y Gustavo se deben estar lamentando por tener que reinventarse en el mejor momento de su etapa dirigiendo al club, pero el envión anímico sigue presente, y esta preparación va a ser clave para empezar el año tan bien como se terminó.