"Los dos afuera, la puta madre. Váyanse los dos. Y si quieren no vuelvan más. ¿Qué mierda se piensan que estamos haciendo acá?", estas fueron las palabras de Guillermo Barros Schelotto mientras ambos jugadores eran separados por sus compañeros y se iban al vestuario del Complejo Pedro Pompilio. El DT de Boca los echó de la practica y luego los dos defensores brindaron una conferencia de prensa para disculparse por lo ocurrido.

Se podría decir que el 2017 empezó torcido para el club de la Ribera. De los cuatro amistosos que disputó, solamente ganó uno (Estudiantes de La Plata). Luego fueron dos derrotas (River y Aldosivi) y un empate (San Lorenzo). Todos estos encuentros sacaron a las luz las mayores falencias del equipo dirigido por Barros Schelotto: la falta de eficacia, el mal funcionamiento del equipo, los errores defensivos y la fragilidad en el arco suman un combo preocupante. Esta mañana, Insaurralde y Silva le sumaron un nuevo problema a ese combo. El papelón que protagonizaron ambos jugadores obliga al director técnico a tomar decisiones fuertes y sancionarlos como corresponde. Lo que ocurrió en el entrenamiento no se puede dejar pasar. 

El año pasado Daniel Osvaldo fue echado del club por prenderse un cigarrillo en el vestuario luego de un partido de Copa Libertadores. Es por eso que ahora Guillermo tiene la obligación de hacer lo mismo con Silva e Insaurralde. Es momento que el entrenador se ponga firme y no permita esta clase de chiquilinadas en su plantel. Boca ya tiene demasiados problemas en que pensar de cara al inicio de la segunda mitad del torneo como para que dos de sus futbolistas se agarren a trompadas delante de las cámaras. Si esto llegara a suceder, el equipo necesitaría reforzar la zona defensiva con un central más. Y ahí aparece otro problema, porque al Xeneize le queda sólo un cupo y se quedaría sin dos jugadores. Es decir, esta pelea no suma para nada a un equipo que viene golpeado y que necesita salir a flote luego de un verano que lo dejó casi hundido.