La cancha del Sabalero, ubicada en el Barrio Centenario, en la intersección de J. J. Paso y Boulevard Zavalla, es quizá una de las más importantes del país, elegida frecuentemente para disputar los encuentros de la selección de Rugby “Los Pumas” como también, elegida sede de la Copa América 2011, donde jugó y pisó su verde césped un tal Lionel Messi.

Fue inaugurada un 9 de Julio de 1946, frente a Boca Juniors. Por ese entonces el estadio fue inaugurado bajo el nombre de Eva Duarte de Perón, impulsora de la afiliación del equipo rojinegro en la Asociación del Fútbol Argentino. Luego, tras los hechos aberrantes del golpe de estado que significó el derrocamiento de Juan Domingo Perón, el estadio fue renombrado bajo el nombre que mantiene hasta hoy, Brigadier General Estanislao López.  

Si de estadios con historia se trata, por los motivos ya mencionados, y algunos más uno no podría dejar de lado la ya mencionada casa matríz de Colón. Y es que, por ejemplo, si se hace un censo entre los hinchas del fútbol y se les pregunta cuál es el nombre de éste, muchos dirán: El Cementerio de los Elefantes.

Para saber a qué se debe éste apodo hay que remontarse a la década prodigiosa de los 60. En los primeros años del Rojinegro, cuando comenzaba a medirse ante los cinco grandes de Argentina, ya se había hecho con el mote de ser “una cancha complicada”. Es que ninguno lograba llevarse puntos de éste recinto. Hasta aquí era quizá una circunstancia del destino, o de la suerte quizá. Hasta que sucedió lo impredecible, en el año 1964 venía a disputar un partido el vigente campeón Intercontinental e invicto en 43 ocasiones, Santos de Pelé.

Llegaba un gigante del continente que acababa de ser campeón intercontinental por segunda ocasión y además contaba ni más ni menos con el jugador más importante de Brasil en la historia, y otras estrellas como Coutinho y Gilmar. Venían a poner en juego su invicto frente a un conjunto santafesino que venía de ser derrotado por Platense, disputando el Nacional B.

La cita se daría el 10 de mayo de 1964, y como no podía ser de otra manera, Pelé marcaría el primer gol del encuentro. Era historia cantada, pero el local no se daría por vencido y al cabo de los 90 minutos, daría vuelta el partido logrando un histórico 2 – 1. Quedaría marcado en la historia del fútbol, y a fuego, marcó el estadio del Sabalero que pasaría a ser leyenda, la leyenda del Cementerio de los Elefantes.