El partido ante River había significado una pausa en la búsqueda por fortalecer el estilo de posesión y juego asociado. Sirvió, pues Independiente consiguió el triunfo que necesitaba a pesar de no haber jugado un buen partido. En la visita ante Colón, Gabriel Milito optó por continuar en aquella senda, pero realizó algunas modificaciones acordes a la idea original: Emiliano Rigoni sustituyó a Juan Sánchez Miño para buscar más verticalidad y Maximiliano Meza ingresó por Germán Denis, en un intento por buscar más velocidad y juego asociado en lugar de tanto juego directo como ante River.

De entrada el partido se presentó parejo. Independiente aprovechó desajustes en la defensa de Colón y mostró intenciones de dominar el juego. No osbtante, los primeros minutos fueron de ida y vuelta, por lo que el conjunto local también encontró espacios. Cuando el ritmo bajaba y la posesión estaba dividida, Maximiliano Meza capturó un rebote originado de la lucha entre Diego Vera y los centrales. El ex Gimnasia le pegó con fuerza y precisión al segundo palo de Jorge Broun. Inatajable. Guiño del destino, quizás: esta vez la pelota no renegó para entrar al arco rival. Independiente ganaba sin hacer demasiado mérito. A partir de allí, justificó la ventaja y jugó con más tranquilidad.

Para el segundo tiempo, Milito realizó ajustes. La intención fue no poner en riesgo la ventaja, aún cuando eso significó resignar poder ofensivo. La primera parte había mostrado al volante central local, Fidencio Oviedo, con mucha libertad y buen criterio a la hora de distribuir la pelota. Entonces, Maximiliano Meza dejó de ser el acompañante de Vera para jugar más retrasado y obstruir al "cinco" local. La medida fue buena, puesto que Colón casi no generó opciones de peligro, en parte también por un buen partido de la defensa encabezada por Víctor Cuesta, siempre firme ante Ismael Blanco. Para dar un ejemplo, Rigoni, caracterizado por su velocidad y desborde, esta vez redondeó una buena tarea pero más en el retroceso y la presión que en el plano ofensivo.

Sobre el final, Tagliafico aceleró por su sector y otra vez -ya es costumbre que participe en las jugadas que terminan en gol- mandó un buen centro. Germán Denis, recién ingresado, decretó el segundo. El plan de poner el partido en el freezer funcionó bien: la ventaja nunca corrió peligro y se pudo liquidar a Colón antes de los minutos finales.

Cabe destacar que el 4-4-2 que eligió Milito funcionó mejor que ante River, y de seguro mucho tuvo que ver el contexto de hace siete días en el Libertadores de América. Algunas cuestiones que pueden observarse son la sencillez y el criterio con el que juega el juvenil Fabricio Bustos, una mejora en el nivel de Jorge Ortíz y la protección de la defensa con otra línea de cuatro volantes que ocupan bien el ancho del campo. Independiente no luce, pero a traves del orden consiguió dos triunfos que le dan aire y confianza para terminar bien el año luego de semanas dificiles.