Era una gran oportunidad de despegar de una vez por todas. La victoria contundente ante Estudiantes el fin de semana anterior alimentaba la ilusión de seguir en la buena senda. Enfrente estaba Colón, único equipo que todavía no conoce la derrota en la Superliga, en el Cementerio de Los Elefantes. Sin embargo, Tigre demostró que la victoria al Pincha fue sólo un oasis en el desierto.

Caruso Lombardi sorprendió a propios y extraños con los cambios en el equipo que venía de ganar: dejó en el banco de suplentes a Matías Pérez García, Lucas Janson ni siquiera estuvo entre los relevos (y Carlos Luna ni viajó a Santa Fe). Fueron titulares Daniel Imperiale y Rodrigo Depetris, y la única referencia de área fue Denis Stracqualursi, quien regresó a la titularidsd en lugar de Lucas Passerini. Fue un 4-5-1 para contrarrestar al Sabalero, cosa que se logró durante la primera etapa.

El Matador, con un equipo cauteloso pero con volantes con velocidad, logró contener al local bajo una intensa lluvia que cesó en el complemento. De hecho, el Matador iba a golpear primero, a los 36 mminutos, tras un centro desde la derecha y un cabezazo de Maxi Caire, que tapó el arquero Domínguez y en el rebote el lateral convirtió su primer gol en el club, en una jugada rara porque la pelota apenas atravesó la línea de gol y los jugadores tardaron en festejar.

Colón, más allá de la derrota parcial, siempre fue superior y en el segundo tiempo arremetió con todo: primero, Federico Crivelli tapó un remate de Guanca, pero minutos después Pablo Ledesma, desde afuera del área, establecía el empate. Más tarde, llegaba una mano de Mathías Abero en el área que Diego Vera canjeaba por gol desde los 12 pasos, y para liquidar, a los 24'ST, Christian Bernardi, absolutamente solo y sin marca, se la picó a Crivelli y sentenció el pleito. Encima, en los últimos minutos, jugó Diego Morales para el local, recordando que no tuvo más lugar en Tigre por el propio Caruso.

El DT intentó remontar en el ST con loa ingresos de Lucas Chacana, MPG y Ramón Miérez (quien ya le había marcado a Colón), pero de nada sirvieron. Tigre se vio superado y volvió a Victoria con las manos vacías.

Al cabo de 10 fechas, Tigre suma sólo ocho puntos, de 30 en juego. Todavía no ganó de visitante y los promedios vuelven a atormentar. Caruso no puede mantener el equilibrio en su once inicial y tras haber estado dos partidos con la valla invicta, recibió tres por tercera vez en la Superliga, mostrando la fragilidad defensiva y la escasa resolución en ofensiva.

De 13 partidos dirigidos desde su vuelta, Richard sólo ganó tres, perdió cinco y empató cinco. Una efectividad muy baja considerando que el equipo necesita sumar para escapar del descenso. Le quedan dos partidos más al 2017: San Lorenzo (L) y Temperley (V). ¿Caruso tendrá otra oportunidad?