Imaginar un enfrentamiento entre Atlético Bucaramanga y América de Cali, inmediatamente supone un duelo atractivo que involucra a dos viejos conocidos del fútbol profesional colombiano que en alguna ocasión definieron el título del año 97 -a favor de los rojos-, y ahora ambos luchan por conseguir el ascenso a primera división, impulsados por su rótulo de históricos y favoritos.

De esta forma se vivía el ambiente en el estadio Alfonso López de Bucaramanga; con las tribunas, que fueron habilitadas, norte, oriental y sur, colmadas por hinchas búcaros en su mayoría y por supuesto una cantidad importante de seguidores escarlatas, quienes viajaron de diferentes partes del país, especialmente de Cali. Sumando todo lo anterior, da como resultado un marco espectacular que nos suelen regalar estos equipos cada vez que se cruzan, como en los mejores clásicos de nuestro país.

La fiesta era roja

Comenzó el partido con ambos conjuntos queriendo adueñarse de la pelota para tratar de sorprender temprano a su rival. Los primeros minutos fueron testigos de jugadas imprecisas, ocasionadas por el juego aguerrido de las dos escuadras que ejercían una presión constante sobre la posesión del balón.

Poco a poco el juego se fue abriendo, otorgando espacios para atacar y América se mostraba más confiado a la hora de pisar campo rival con aproximaciones de Aníbal Hernández y Jeyson Lucumí. Por otra prate, el elenco leopardo estaba dominado por la ansiedad y nerviosismo con lo que le facilitaba el desempeño a los visitantes.

Tanto así que en el minuto 13, América golpe´p primero, luego que Ayron del Valle aprovechara un rebote en el área, el cual no logró despejar la defensa rival y así pudo definir ante el portero Mosquera. De esta manera se abría el marcador y los dirigidos por Alberto Suárez tomaban ventaja 1-0.

Posterior a esto, Bucaramanga intentó despertar impulsado por el aliento de su público, pero sus ataques carecían de profundidad y la ansiedad de jugadores como Daniel Cataño y César Amaya impedían que el equipo de casa encontrara el empate y una ida de fútbol para atacar a su rival.

De igual manera los diablos rojos mantenían un orden táctico, basado en solidez defensiva, control del juego aéreo y una excelente contención en el medio campo, que robaba balones para lanzar contragolpes con Lucumí y del Valle. Así pues, América dominaba el juego y estuvo a punto de aumentar la ventaja, pero el travesaño le dijo que no al remate de Aníbal Hernández.

Así terminaba el primer tiempo, con superioridad escarlata y un Bucaramanga confundido. 

El 'leopardo' apagó la 'mecha'

El segundo tiempo comenzó muy similar a la primera parte, con un Bucaramanga impreciso y ansioso, chocaba con el orden americano liderado por Amílcar Henríquez y Cristian Restrepo. Sin embargo, tras una serie de centros al área roja, llegó el empate auriverde. Víctor Zapata sorprendió a la defensa con un cabezazo que no pudo contener el arquero Carlos Rodríguez, el rebote le quedó a César Amaya, quien solamente tuvo que empujar el esférico.

Con el marcador igualado, la tribuna se ánimo a alentar más, con un fervoroso duelo de hinchadas, típico del folclor futbolístico, que transmitía emoción al campo de juego.

Así las cosas, el entrenador Suárez buscó frenar los avances búcaros, enviando a la cancha a Brayan Urueña y Néider Morantes, con el objetivo de obtener mayor posesión de balón y controlar los tiempos de juego. No obstante, el partido se tornó enredado y poco creativo, debido a que ambos equipos buscaban vulnerar la defensa rival con pelotazos largos que al final siempre fueron infructuosos.

Ahora se jugaba con más ímpetu y garra, las faltas se hacían constantes y fue a través de una de éstas que los leopardos desequilibraron el partido a su favor; Víctor Zapata remató un tiro libre, el arquero Rodríguez intentó atajar, pero al final el balón tocó la red y se convirtió en el segundo gol del Bucaramanga.

Inmediatamente América intentó reaccionar y tuvo el empate en los pies de Ayron del Valle, pero el delantero remató desviado, en lo que fue llegada clara para la visita. Poco tiempo después, Bucaramanga se quedó con la posesión del balón y siguió atacando, hasta que en un tiro de esquina aprovechó la pasividad de la defensa visitante para marcar el tercer gol con un remate de Alexis Ossa.

La situación se complicaba para los rojos, quienes lucían perplejos y sin brújula, mientras que los búcaros dominaban el partido a placer con toques de balón sucesivos que desesperaban a los contrarios. Así transcurrieron los minutos y cuando el encuentro estaba por terminar, llegó la cuarta anotación para los locales por medio de Maicol Balanta, quien no tuvo mayor problema para entrar al área y rematar con un América ya desanimado.

Con ese cuarto rugido, el leopardo apagaba definitivamente la mecha, y cerraba una contundente remontada para lograr la primera victoria por Torneo Águila, sobre los escarlatas. Ahora Bucaramanga lidera la tabla con 61 puntos mientras que América se mantiene en la cuarta posición con 44 unidades.