La maratón de Berlín es una de las que reúne todos los requisitos para establecer una buena marca. El pasado domingo, con una temperatura que rozaba los 20 grados en la capital germana, se disputó la segunda maratón más rápida de la historia tras un apasionante y vibrante duelo entre Kenenisa Bekele y Wilson Kipsang Kiprotich, el gran favorito a la victoria.
El etíope, Bekele, a sus 34 años de edad y tras haber sido lastrado por varias lesiones, de ahí sus intermitentes apariciones. Bekele debutaba en Berlín con la mentalidad de la gran leyenda que ha mostrado durante toda su carrera deportiva. El triple campeón olímpico y cinco veces campeón de 5.000 y 10.000, que aún ostenta las plusmarcas mundiales de ambas distancias, estaba dispuesto a resarcirse de dos años en la distancia del maratón, dónde no había mostrado signos de poder llegar a batir la marca mundial.
Primera mitad fulgurante
El inicio de la prueba fue trepidante, las liebres se iban sucediendo y los tiempos en el quilometro 10 y 15 eran extraordinarios, nunca se había corrido tanto en el principio de la prueba. A consecuencia del ritmo, grandes corredores como Emmanuel Mutai, tercer corredor más rápido de la historia en la distancia (2:03:13 en 2014 en Berlín), se empezararon a descolgar del grupo a partir de la medía maratón, ritmo que proyectaba un nuevo récord, pero aún quedaba mucha carrera, y un duelo para la historia del atletismo.
En torno al quilometro 30, ambos corredores ya iban destacados, aunque el ritmo se había diluido. Empezaba una batalla por lograr el título de Berlín que provocó que ambos atletas forzaran su cuerpo al extremo, volviendo a aumentar el ritmo. El primero en atacar fue el keniata, que sabía del gran poderío final del etíope y quería distanciar a su rival. Logró sacarle hasta cuatro segundos, pero la clase y elegancia que siempre ha ostentado Bekele, relució una vez más, llegando a la estela de Wilson Kipsang, que aumentó el ritmo para intentar zafarse de su adversario.
Llegaron juntos hasta el quilometro 41, dónde todo hacía presagiar un esprint final en la puerta de Brandenburgo, pero al genial atleta etíope aún le quedaba un último cambio de ritmo que hizó desfondar a un Wilson Kipsang que fue incapaz de aguantar el ataque y se fue descolgando. Bekele recorrió el final del maratón de manera solitaria y gloriosa en busca de la marca del keniano Dennis Kimmetto (2:02:57), que no alcanzó por tan sólo 6 segundos. Aún así, estableció un nuevo récord etíope y la segunda mejor marca de la historia. Por su parte, Wilson Kipsang mejoró su mejor marca con un tiempo de 2:02:13.
Al llegar a la meta, Kenenisa Bekele declaró que era increíble haber logrado su mejor marca personal, pero que se quedó con el deseo de batir el récord mundial.