Como en una novela de amor, el hilo rojo hizo lo suyo y por fin cruzó los caminos de San Antonio Spurs y Pau Gasol. La filosofía de juego de la franquicia de Texas parece encontrar en el exitoso pívot español un intérprete hecho a medida. Y el ex jugador de Los Ángeles Lakers ve en ella a una orquesta en la que no hay manera de que su desempeño desentone. “Soy un Spur más”, confesó quien fue el segundo jugador de su país en aterrizar en la NBA tras el añorado y recordado Fernando Martín. El presente lo encuentra vestido de negro y plata, pero en el pasado ya había dado indicios de lo inevitable que era su llegada al AT&T Center. Dos años atrás, la posibilidad de ser dirigido por Gregg Popovich (quien nunca ocultó su debilidad por el de Sant Boi) se truncó y Gasol sacó pasajes para Chicago. El destino puede demorarse, pero siempre permanece fiel a su recorrido.

Marc Gasol, su hermano y discípulo, era una seducción que lo hizo, al menos, pensar en vestir la camiseta de Memphis Grizzlies. Pero fue éste mismo el que disipó los humos fraternales y aclaró en una entrevista realizada en el mes de abril que San Antonio Spurs resultaba el equipo perfecto para Pau.

La sonrisa es indisimulable en el rostro experimentado del primer y único jugador de España que ganó un anillo NBA y se corresponde al sueño que está viviendo. Llegó finalmente a los Spurs, un conjunto en el que los veteranos y los extranjeros son llamados a convertirse en líderes. Compartirá plantel con dos jugadores que cumplen los mismos requisitos, como Emanuel Ginobili y Tony Parker. Tendrá la dura misión, aunque él lo niegue, de suplantar a otro ídolo texano como Tim Duncan, que deja con su retirada un legado de triunfos y virtuosismo dentro y fuera de la cancha difícilmente igualable. No obstante, ¿quién está en condiciones de decir que este nuevo Big Three no promete más que muchos?