Los Philadelphia 76ers siguen ilusionando y buena parte de culpa recae en Ben Simmons. El número uno del Draft 2016 sigue deslumbrando y volvió a culminar otro partidazo en el triunfo contra los Wizards, donde consiguió su career-high en puntos (31) y rebotes (18).

Pero por muy bueno que sea, al australiano le queda algún que otro aspecto por pulir en su juego. El principal problema es el tiro (no ha anotado un solo triple), por lo que los capitalinos apostaron por ejecutar sobre él la polémica práctica del Hack-a-Shaq.

A lo largo del último cuarto lanzó hasta en 24 ocasiones desde la línea de personal. De esta manera, estableció un nuevo récord de tiros libres lanzados en un solo periodo, superando así los 20 de Dwight Howard y Ben Wallace.

Embiid también está en un momento muy dulce | Foto: Twitter @NBA
Embiid también está en un momento muy dulce | Foto: Twitter @NBA

En total terminó con un 15 de 29 en TL, aspecto en el que promedia un 55'4% de acierto. La estrategia de los Wizards no les salió del todo mal, puesto que pasaron de un 84-65 a un 118-113 final. Sin embargo, la victoria cayó del lado de 'Philly' y con Joel Embiid como el otro hombre más destacado: 25 puntos, 14 rebotes y cuatro tapones.

The Process sigue creciendo y Simmons ya enfila el premio al Rookie Of The Year. Además, sus números de 31 puntos y 18 rebotes no se veían en un novato desde Shaquille O'Neal, que lo consiguió en el año 1993 con la camiseta de los Orlando Magic.

Cosas así invitan a pensar que podría ser uno de los mejores rookies de la historia. Ya no solo sorprende que esté rindiendo a este nivel después de un año parado, sino que llama la atención la soltura con la que hace todo sobre la pista.

Además, situaciones dificultosas como esta le permiten seguir creciendo. Eso lo sabe su entrenador, Brett Brown, que asegura que pensó en quitarle cuando le hicieron el Hack, pero que decidió mantenerlo en pista porque momentos así también forman y formarán parte de su evolución y su carrera en la NBA.