Ni Derrick Rose, ni Ty Lawson. Por el momento, el nuevo refuerzo de los Washington Wizards es Ramon Sessions, que ya militó en la franquicia dos campañas atrás y que, en esta ocasión, firma por un contrato de diez días que podría prolongarse si su rendimiento lo merece.
Para hacerse un hueco deberá competir con Tomas Satoransky y Tim Frazier. Especialmente lo hará con el segundo, que ante la lesión de Wall está ocupando el rol de base suplente del polaco sin excesiva brillantez.
Es una buena oportunidad para Sessions, que aspira a formar parte del roster final de una franquicia en plena lucha por ser TOP-4 de la Conferencia Este. Sin embargo, las dudas sobre su posible impacto son más que evidentes tras su flojo paso por los Knicks, que lo cortaron el pasado 13 de enero.
Y es que empezó la temporada en New York. Pero en apenas 13 partidos sus promedios no fueron nada alentadores: 3'7 puntos, 2'1 asistencias y 32'1% de acierto en tiros de campo en 12'8 minutos de juego por encuentro.
Sin duda, unos números que están muy lejos del Ramon Sessions que militó en los Wizards durante el curso 2015/16. En aquel entonces disputó todos los partidos de la liga regular, sumando 9'9 puntos, 2'5 rebotes y 2'9 asistencias en un conjunto que acabó como décimo clasificado a pesar del balance de 41-41.
Esta es la versión que los capitalinos necesitan. Al menos hasta que regrese John Wall, que podría volver hacia finales del mes de marzo. Por ahora, su baja ha estado bien cubierta por Satoransky, que ha cumplido y superado con creces tal papeleta. Sin embargo, Scott Brooks quiere algo más de profunidad en el banquillo.
Si ofrece un buen rendimiento, los Wizards ganarían un base suplente con instinto anotador y buena mano desde el perímetro. Además, se trata de un jugador con sobrada experiencia que, a la hora de la verdad, cuando lleguen los playoffs, puede ser un interesante valor a tener en cuenta.