Hace tan sólo un par de semanas, los San Antonio Spurs llegaron a estar en la décima posición del oeste después de una dura racha de partidos. Algunos expertos llegaron incluso a augurar un fin de ciclo de los de Popovich, asegurando que su ingreso en playoffs era complicado, y más teniendo en cuenta la difícil situación que se está viviendo en San Antonio a causa de la lesión de Leonard. Tras esta 'mini-crisis', la respuesta de Aldridge y compañía fue demoledora; llegaron al partido contra los Utah Jazz de la pasada madrugada con una racha de 5 victorias consecutivas, para enfrentarse a uno de los equipos más en forma de la competición. A priori era el partido mas importante de la temporada para ambos conjuntos, y se notó en la cancha; los Spurs lograron una victoria muy sufrida y en la que necesitaron una prórroga para tumbar a unos Jazz comandados por Mitchell.

LaMarcus Aldridge, inconmensurable

Simplemente observando el boxscore ya se puede intuir la clase de partido que realizó Aldridge, actuación que sin duda se magnificó en el directo. En los primeros minutos, el equipo de Utah dejó tirar con demasiada facilidad al ala-pívot en numerosas ocasiones, y la mano de LaMarcus entró en llamas. Rudy Gobert, claro candidato a llevarse el premio a mejor defensor del año, sufrió muchísimo cuando el jugador de los Spurs le jugaba por fuera, donde el francés se siente más incómodo por su falta de velocidad. Una y otra vez, Aldridge recibía el balón, y ya fuera de espaldas a canasta con un catch and shoot, castigaba sin piedad el aro de los Jazz. Tan espectacular fue la actuación, que finalizó el encuentro con su máximo en anotación en la NBA, 45 puntos acompañados de unos porcentajes de 18 de 29 en tiros de campo.

Por parte de los Jazz, Donovan Mitchell no estuvo acertado de cara al aro, pero el rookie es de esa clase de jugadores con carácter, de los que no necesita tener una buena noche para ser decisivo. Y vaya si lo fue. Mitchell acabó con la friolera de 35 puntos, llegando la mayoría en los últimos minutos del encuentro, cuando su equipo más lo necesitaba. Pese a los malos porcentajes, su actuación fue una auténtica barbaridad, y los últimos lanzamientos quedarán en la memoria de los que pudieron disfrutar del partido.

Un final increíble

Pese a que el equipo de Utah fue a remolque durante prácticamente todo el partido, se mantuvieron estables en una desventaja salvable gracias a un gran Ricky Rubio y destellos de Donovan Mitchell, que explotaría más tarde. Cerca del final y con los Jazz todavía por detrás, una sucesión de canastas por parte de ambos equipo y varios triples inversímiles de Mitchell pusieron a los mormones a sólo 3 puntos con 10 segundos para el final. El rookie no dudó ni un momento; cogió el balón, lo subió con decisión y clavó un triple ante la defensa de dos jugadores de los Spurs. El espectáculo continuaría, al menos, 5 minutos más.

Sin embargo, en la prórroga salieron a relucir algunos de los defectos que los Jazz habían mostrado en el encuentro. La falta de contundencia en el rebote defensivo y la sobre dependencia en ataque en Donovan Mitchell fueron un lastre demasiado grande para llevarse la victoria de una cancha tan complicada como la de San Antonio. Aldridge siguió con lo suyo, y dilapidó las opciones de Utah con su poderío ofensivo en la pintura. Finalmente, los de Popovich vencieron con un marcador de 124 a 120 puntos, bastante llamativo tratándose de dos de las mejores defensas de la liga.

Por otro lado, y además de LaMarcus, cabe destacar lo grandioso de Manu Ginóbili. Su último cuarto mantuvo a los locales a flote, con canastas inverosímiles pero que lleva encestando toda la vida. El argentino finalizó con 18 puntos en su casillero personal, pero los números no indican su importancia en los compases finales del partido.

Situación clasificatoria

La victoria supone un respiro para los de San Antonio, que han logrado vencer los últimos 6, y que ven como sus posibilidades de conseguir una buena posición de cara a playoffs aumentan. Ahora mismo se sitúan sextos en la clasificación, a tan sólo un partido del cuarto puesto, por lo que dependiendo de su rendimiento se podría ver a los texanos otra vez en lo más alto.

Sin embargo, la otra cara de la moneda es para los Jazz. Tras una segunda mitad de temporada a la altura de los mejores de la liga, esta derrota los deja tocados. Están octavos del oeste, todavía con un partido de margen sobre los Denver Nuggets, pero deberán dar el máximo en los próximos días. Su calendario es uno de los más complicados entre las franquicias que están involucradas en la lucha por los playoffs, aunque si mantienen el nivel mostrado en las pasadas semanas no hay duda de que entrarán en post temporada.