Paul George ha sido intervenido de su lesión, y permanecerá de baja entre seis y ocho semanas. No es una lesión nueva, es algo que lleva arrastrando todo el año. A lo largo de la temporada, ha tenido que perderse varios partidos por molestias en la rodilla, y ha jugado con dolor en otra multitud de ocasiones. Sin embargo, no era nada que pareciera influirle a la hora de jugar, por lo que el jugador ha decidido operarse una vez su equipo fue eliminado. 

El jugador se ha sometido a una artroscopia en su rodilla. Es una intervención mínima para limpiar la rodilla y bajar la inflamación, de cara a que pueda estar en perfectas condiciones para los campos de entrenamiento de la franquicia que escoja (es agente libre). 

No es el primer jugador que se somete a este tipo de intervenciones de cara a la temporada que viene. Su compañero de equipo, Alex Abrines, se ha sometido a una intervención muy similar por unas circunstancias muy similares. También Dirk Nowitzki, la leyenda de los Mavs, se ha sometido a una intervención de puesta a punto para la temporada que viene. 

Es relativamente común apurar las lesiones y operarse justo al finalizar la temporada, por lo que no es una gran sorpresa. Aún así, el caso de Paul George es algo diferente. No parece que vaya a tener problemas para empezar la temporada que viene, pero es muy probable que se salga de su contrato para buscar el mejor contrato de su carrera. No debería suponer ningún apuro, pues son muchos los equipos que sueñan con él, y no parece lógico pensar que van a echarse para atrás por una operación menor. 

Parece que si nada se complica, se verá a Paul George empezar la temporada con total normalidad, e incluso mejor físicamente por la falta de dolor. Eso sí, aun falta saber en que equipo estará al comienzo, pero eso es otra historia.