Ocampo paga el pato

La cuerda se rompe por el lado más débil. En cualquier deporte y aun alto nivel, el lado débil es el entrenador. Ocampo, como dice la expresión castellana, ha 'pagado el pato' de una desastrosa cadena de errores sin asumir por parte de la cúpula de Movistar Estudiantes.

Ocampo paga el pato
Ocampo, en su etapa en Movistar Estudiantes (Fuente: EFE / M. Guillén)
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Por Miguel Maestre Fernández

Diego Ocampo llegó como líder de un nuevo e ilusionante proyecto. Con su caché como entrenador de formación, y tras haber cumplido una meritoria temporada -su primera como entrenador principal en la máxima categoría- en UCAM Murcia, Movistar Estudiantes le eligió como estandarte para desarrollar una nueva idea a largo plazo tras el fin del ciclo de Txus Vidorreta, que había cumplido tres años como técnico colegial.

Con Ocampo se buscaba recuperar la esencia del equipo, lo que hizo grande a Estudiantes. La mezcla entre juventud y veteranía, con oportunidades para los canteranos, y con dos americanos de referencia, era el tópico. Pero esa idea se diluyó desde el primer día que el gallego puso un pie en el Magariños, y no por su culpa.

La dirección deportiva, a por uvas

Los fichajes han tenido una nula aportación. De los que él pidió sólo Rey llegó, y en forma de capricho (hubo que pagar cláusula de salida a Iberostar Tenerife, algo que fue criticado porque contraviene la filosofía del propio club madrileño) tras la salida de Stimac. Laprovíttola, por el que también ha habido que pagar cláusula, ha llegado por chanchullo de alto mando. Y esa es otra, es que tampoco ha habido suerte: Ike Ofoegbu pegó la espantada cuando ya había firmado, Vladimir Stimac se largó tras tres partidos, Thomas llegó tarde y nunca se adaptó, Mitchell era un peligro para el vestuario… El caso es que se le piden explicaciones al técnico porque es al que se tiene más a mano, pero las preguntas deben ir dirigidas a otros.

La planificación ha sido desastrosa. Es cierto que en el mercado de verano Estudiantes tiene que esperar hasta los últimos días para fichar debido a su situación económica, pero el radar debe enfocarse más allá de la liga de Puerto Rico. Además, el mercado de la D-League y la NCAA -las dos ligas que están por debajo de la NBA- se toca muy poco para lo que se debería por estos lares. Kyle Kuric ha sido el único en unas cuantas temporadas que sí ha llegado por esa vía.

Cuando se falla en los fichajes, y se falla bien, todo se tuerce. Le pasó a Laboral Kutxa Baskonia la temporada pasada. Se fueron a más de 20 fichas la temporada pasada. Pero la economía de Josean Querejeta puede soportarlo, la de Movistar Estudiantes no. Esa es la diferencia.

La filosofía no ha bastado

El que venga tiene una tarea muy difícil por delante. Ocampo se había adaptado perfectamente a la filosofía del equipo, del club. En el día a día en Magariños, con los empleados del club, con los jugadores y entendiendo perfectamente la idea de vuelta al origen que se quería transmitir. Tanto en el buen trato como en la didáctica forma de comunicar que Ocampo tiene. No ha sido suficiente.

Ha tenido el favor de los jugadores, que han confiado en él. Ha logrado sacar partido a Hernangómez, Fernández y Brizuela, y dar minutos de calidad a Guerra y Vicedo. ¿El que venga lo hará también?

Lo comentamos a principios de temporada. Este Estudiantes es igual que el de la temporada del no descenso: apuesta arriesgada por los jóvenes, americanos que no convencen, arreglos a mitad de temporada, entrenador que salta por los aires… No es halagüeña la situación, para qué engañarse.