Partido a vida o muerte en el Buesa Arena. Los locales ya clasificados para cuartos, pero jugándose el factor cancha en la futura eliminatoria, y los blancos con la necesidad de vencer para seguir. Por los merengues causaban baja los interiores Thompkins y Hernangómez, por los vascos el base Fabien Causeur. Destacaba la presencia de Rudy en el quinteto inicial, que después de su larga lesión vuelve a los mandos paulatinamente. Comienzo de baja anotación, con muchos errores en los tiros de campo. Además era un duelo bronco, con numerosas faltas y parones. El Madrid era el primero en alcanzar el bonus.
.jpg)
Carburaba Rudy en jugadas individuales de calidad, aportando puntos desde cinco metros. Ello sumado al triple de Llull a toda velocidad, abría la primera ventaja favorable para los merengues (+8). Perasovic buscaba soluciones y metía en pista a Mike James y Bourousis. Se asentaban así las defensas más pegajosas, con zonas 3-2 que obligaban a posesiones estáticas. Importante el trabajo de Augusto Lima, rebañando rebotes ofensivos. Tras el triple de Nocioni los madridistas superaban los diez puntos de ventaja. Final del primer cuarto con 11-21.
Los blancos golpean primero
Seguía el dominio de los blancos con grandes jugadas individuales y una chispa más en el juego colectivo. Hubo una reacción por parte de los baskonistas, guiada por los el pundonor de Bourousis, demostrando sus galones en la pintura, y espoleando al resto de sus compañeros en la colocación defensiva. Pero los cañoneros del Madrid permanecían con la mano caliente. Los triples consecutivos de Rivers y Llull mantenían la ventaja merengue.
Auténtico duelo entre pesos pesados, que se intercambiaban golpes en forma de canastas de calidad y mucha táctica. Tanto Perasovic como Laso seguían rotando sus banquillos y moviendo las piezas cual partida de ajedrez. La máxima del Madrid llegó al +15, pero fue reducida por un reverdecer del Laboral. Importante la aportación anímica de Adam Hanga, que taponaba en su zona y culminaba contras en la opuesta. A vestuarios con 36-46 y mejores sensaciones de un Madrid que necesitaba la victoria como el comer.
James levanta al Baskonia
Tras la reanudación los baskonistas salieron en tromba y aplicaron un parcial de 10-2. Además de la ventaja en los puntos, a Rudy le caía una técnica, limando a un más la desventaja en lo físico y mental. Grandes minutos de Mike James, que cuando entra en modo on fire en un auténtico microondas. Tremendo el base norteamericano del Laboral, que estaba castigando desde posiciones de tiro impensables, como el triple desde más de ocho metros. James era el máximo anotador del duelo (14 puntos en cinco minutos) y Laso pedía tiempo muerto intentando frenar la sangría. Todo empatado.
.jpg)
Los vascos le estaban comiendo la tostada a los madridistas en la intensidad y se ponían por delante muchos minutos después. En esta tremenda lucha de titanes apareció Gustavo Ayón, que se movía en la pintura y conseguía canastas de casta y calidad. En medio de la tremenda refriega, los dos conjuntos llegaban al bonus de personales. Cada transición era una batalla espectacular. Augusto Lima sustituía a Ayón (al que le caía la 4ª personal), y lo hacía para seguir cargando el rebote ofensivo y dar segundas oportunidades preciosas. Pésima noticia para el Madrid fue la lesión en el tobillo de Nocioni, que abandonaba el partido. El triple sobre la bocina de un asesino James cerraba el cuarto 67-67.
Muerte sobre la bocina
Duelo tremendamente intenso, con un Buesa Arena que era una olla a presión, calentando el ambiente a cada segundo. Ioannis Bourousis demostraba sus galones de mando y dominaba en ambas zonas, Reboteando con hambre y consiguiendo canastas de lujo. Abrían de nuevo ventaja los de Perasovic (parcial de 8-0). Ahora eran los blancos los que tenían que pedir tiempo para frenar esta avalancha local. Y apareció una vez más al rescate Sergio Llull, con dos triples consecutivos marca de la casa, de esos imposibles y desde Mahón. De nuevo todo empatado y tiempo muerto de Perasovic.
El final del partido fue literalmente espectacular. Dos los dos conjuntos se estaban friendo a tremendas canastas. Por los merengues tomó protagonismo el juego exterior. Llull, Reyes, y sobre todo Sergio Rodríguez (hasta cuatro triples seguidos), eran una máquina desde el 6.75. Pero respondía el Laboral con un Bourousis imperial que metía puntos y demostraba señorío en todas las posiciones. Carrusel de tiempos muertos con los dos equipos en un pañuelo. Emoción a raudales en un partido magnífico. Y en el último segundo el letón Davis Bertrans metió un triple absoluto (cometiendo más que posibles pasos), que dio la victoria al Laboral en el último segundo (89-88). El Madrid, herido de muerte.