Se avecina un año lleno de emoción, ilusión y ambición para los equipos continentales que lucharán, una vez más, por alzar uno de los trofeos más prestigiosos a nivel de clubs: la Euroliga. Para ello, el Real Madrid Baloncesto hará su debut delante de su afición contra uno de los equipos con más historia en el baloncesto europeo: el Olympiacos del Pireo.
Los griegos, actuales campeones de liga en su país, llegan a la capital española con ganas de hacerse oír en el viejo continente. Después de haber caído en el Top16 la temporada pasada y haber perdido la final de 2015 en Madrid (precisamente frente al conjunto blanco), los del Pireo pretenden volver a reinar en Europa y repetir el título que ya consiguieron en los años 1997, 2012 y 2013. Para ello, han reforzado su plantilla con un único objetivo: ganar la Final Four que se disputará el próximo mes de mayo de 2017 en la ciudad turca de Estambul.
El base Erick Green, con pasado en Europa (jugó en el Montepaschi de Siena en la campaña 2013-2014), llega directo desde los Utah Jazz, equipo con el que finalizó la última temporada tras haber jugado también para los Denver Nuggets. El jugador de 25 años firmó el pasado mes de julio con el objetivo de reforzar el sistema de juego y la organización del equipo griego.
Con motivo de la marcha de Othello Hunter al Real Madrid, el canadiense Khem Birch firmó el pasado julio por el Olympiacos. Procedente del Uşak Sportif turco, la temporada pasada el jugador promedió 10,5 puntos, 9,1 rebotes y 1,3 tapones por partido.
La última incorporación por parte de los griegos ha sido la del ala-pívot Paris Maragkos, que, a sus 22 años, llega procedente de los American Eagles de la NCAA, donde anotó 7,1 puntos y capturó 2,3 rebotes por encuentro durante el último curso.
De esta forma, a los mandos del entrenador Giannis Sfairopoulos y junto a los ya conocidos Costas Papanikolau, Vassilis Spanoulis, Giorgios Printezis, Ioannis Papapetrou (recientemente elegido mejor jugador joven griego) y compañía, los del Pireo llegarán a Madrid para intentar conquistar el Barclaycard Center y, así, consolidar los cimientos que les vuelvan a hacer temibles en Europa.