Una temporada entera. Sufrimiento, viajes, emoción, lesiones, victorias y derrotas. Todo para llegar hasta aquí. Para que solo queden dos equipos, los dos supervivientes, que se enfrentan para ver quién se proclama mejor equipo de España en la temporada.

Una final distinta pero muy apetecible

Por primera vez desde 2011 se rompe la hegemonía Real Madrid – FC Barcelona de la ACB. Uno de los reyes se cae, el Barça del recién cesado Bartzokas, y el otro llega en un excelente momento para mantener su reinado.

Y es que la última vez que se disputó una final en Liga Endesa que no fuese Real Madrid contra Barcelona fue en 2010. Aquel año Caja Laboral y Barça se vieron las caras en una final histórica. Una final que seguro San Emeterio no puede recordar sin que su vello refleje los sentimientos vividos.

A un lado el bicampeón, el Real Madrid. Tras la decepción de la Euroliga, los blancos se muestran implacables en playoffs con solo una derrota. Al otro, el aspirante, un fortísimo Valencia Basket que disputa su tercera final de la temporada, después de perder las dos anteriores.

San Emeterio se lleva el balón ante Rudy y Felipe | Foto: ACB
San Emeterio se lleva el balón ante Rudy y Felipe | Foto: ACB

En busca de la historia, otra vez

El Real Madrid de Pablo Laso sigue quemando etapas y aumentando el título de casilleros. Con esta sumarían su tercera Liga Endesa consecutiva, cuarta en cinco años. Serían además el primer equipo de la historia de la competición en conseguir doblete tres campañas consecutivas.

Más motivación no necesitan en el Madrid. La opción de coronarse ya, para muchos y según los números, como el equipo más dominante de la historia de España en una franja de cinco años.

La derrota en Final Four asustó a muchos. Ya en 2014 los blancos no se recuperaron al perder su segunda final de Euroliga consecutiva y en playoffs estuvieron lejos de su mejor versión. El equipo no estaba bien anímicamente y el Barcelona se llevó el título.

Sin embargo, en esta ocasión, sin decir que los de Laso salieron reforzaros de Estambul -bendita locura sería-, la actitud del equipo ha sido ejemplar. La serie contra el Unicaja ha estado muy igualada, pero el Madrid solo ha sufrido realmente en un encuentro: la derrota en el durísimo feudo del Andorra. En el resto de encuentros han, como mínimo, sostenido la batuta los 40 minutos. En otros, arrasado sin discreción alguna.

Sergio Llull llega sigue en un estado de forma excelente; Jaycee Carroll lega on-fire, el dúo Randolph-Ayón, con el comodín Hunter, en un momento muy bueno; Luka Doncic recupera sensaciones… Los blancos, al 100 por cien y listos para hacer historia.

El Valencia no quiere dejar escapar otra ocasión | Foto: ACB
El Valencia no quiere dejar escapar otra ocasión | Foto: ACB

A la tercera va la vencida

Eso dice el dicho, aunque va a necesitar más el Valencia Baket para llevarse la que sería la primera Liga de su historia. Los taronjas vuelven a una final, 14 años después, y quieren poner la guinda a la temporada.

Una temporada histórica sin recompensa. El equipo de Pedro Martínez llegó a la final de la Copa del Rey, que perdieron ante el Madrid en los últimos instantes (97-95); y tras sufrir la remontada del Unicaja en la final de la Eurocup y ver a los malagueños levantar el título en la Fonteta. Temporada que, de terminar sin títulos, sería tan histórica como dolorosa.

La plantilla es amplia, con experiencia y con jugadores duros, además de talento como para tumbar a cualquiera. Se han ganado a pulso jugar las tres finales, con billete incluido para la próxima Euroliga. En playoffs se han deshecho del Barcelona (2-1) y Baskonia (1-3), a pesar de no tener ventaja de campo. Un equipo duro que se merece un título.

Pero el baloncesto no es justo, que se lo digan al Valencia, y los números, aunque no sirvan de nada más que para artículos como este, no se sitúan a su favor. Los taronjas han perdido los tres partidos de la temporada ante el Madrid, el de la final copera, más los dos ligueros de forma contundente.

Las opciones para la gesta

Necesitan mostrar solidez defensiva, especialmente a la hora de cerrar el triple, desplazar el juego al terreno físico y que el talento de Dubljevic, Diot y San Emeterio no se apague. En el trabajo sucio y aportación de banquillo, Thomas y Oriola toman un papel fundamental.

El problema principal del Valencia es hacer frente a la ventaja de campo. En Madrid los blancos se muestran intratables, aunque fuera de casa siempre se llevan alguno. De media, los de Laso ganan cuatro de cada cinco partidos en postemporada.

No queda nada para que la temporada termine. Pueden quedar solo tres partidos, pero qué tres partidos. Una serie morbosa, con daños recientes, talento y dureza. Dos equipos que se merecen estar donde están. Dos equipos y solo quedará uno. Real Madrid y Valencia Basket. Que dé comienzo la fiesta.