Como cada fin de semana vuelve la Liga Endesa, y el Real Madrid afrontaba su quinto encuentro en esta edición ante el Unicaja de Málaga, quienes antes del encuentro estaban a una única victoria de diferencia. Al Real Madrid le tocaba sacar su mejor juego interior sin uno de sus pívots, Kuzmic, quien sufrió una grave lesión durante el partido que les enfrentaba al CSKA de Moscú, en la vuelta del ‘Chacho’ Rodríguez a la que fue su casa. A los madridistas les tocaba aguantar con Felipe Reyes y Gustavo Ayón como únicas figuras interiores.
Como titulares aparecían en el Real Madrid Campazzo, Doncic, Carroll, Radoncic y Ayón, mientras que por parte de Unicaja saldrían Díaz, Nedovic, Brooks, Waczynski y Shermadini.
Unicaja disparaba primero de la mano de Brooks. Carroll fue el encargado de inaugurar el marcador blanco para empatar a dos puntos en el inicio del encuentro. Un gran arranque de los blancos les propiciaba la primera ventaja gracias a dos triples rápidos de Campazzo y Carroll que daban un parcial de 12-2, que provocó una pronta reacción de Joan Plaza pidiendo un tiempo muerto a los cuatro minutos de juego. Los andaluces despertaban, pero la ventaja permanecía rondando los diez puntos. Dani Díez despuntaba del lado de Unicaja con grandes canastas hasta acumular siete puntos en su cuenta particular. Del lado madridista, la mayoría de los puntos llegaban de las manos de Carroll (10) y Doncic con siete. El primer período finalizaba con un marcador de 26-20 para el Real Madrid.
Jaycee Carroll sería el encargado de anotar los primeros puntos del segundo cuarto, a los que le seguirían dos puntos de McCallum, quien ejercía de líder para acercar a los suyos hasta los cuatro puntos.
Uno de los factores clave por los que el Real Madrid se conseguía mantener arriba era por la buena circulación del balón, la cual dejaba liberados a sus tiradores que definían con canasta. Aunque no todo era bueno, y es que el Real Madrid tenía problemas en su zona, los malagueños penetraban con facilidad hasta ponerse a solo a un punto, ello significaría la petición de su primer tiempo muerto del partido. El partido se empataba por primera vez desde el inicio a falta de dos minutos para el cierre de la primera mitad. Facundo Campazzo sería el encargado de cerrar el primer tiempo con un 2+1 con el que el Real Madrid instauraría una ventaja de cinco puntos sobre el Unicaja, con un marcador de 45-40.
Los blancos comenzaban fuertes en esta segunda parte con Doncic transformando en canastas sus primeros tiros. Mientras, al Unicaja le costaba arrancar, tardaron dos minutos hasta que anotaron los dos primeros puntos en esta segunda parte.
Entre Carroll y Doncic, el Madrid brillaba en ataque y el WiZink Center se lo agradecía con grandes ovaciones. Fue entonces cuando los locales construyeron una ventaja de más de diez puntos con la que se alejaban poco a poco gracias a triples como el de Rudy Fernández, un hombre que se estrenó en el tercer cuarto pero que acabó anotando diez puntos al final del mismo. Esta ventaja aumentaba, llegando hasta los 21 puntos de diferencia, siendo ésta la máxima del encuentro a falta de dos minutos para el final del tercer cuarto. Doncic cerraba el cuarto con dos puntos inverosímiles para dejar el luminoso con un 76-56 favorable al Madrid.
Llegaba el último y definitivo cuarto y Jaycee Carroll enmarcaba su sello en el encuentro, anotando sendos triples que poco después la afición agradeció con una ovación cerrada. Waczynski y los suyos trataban de dar un vuelco al partido, incluso Nedovic aparecía desde la línea de tres, pero la reacción fue muy tardía y solo conseguían reducir la desventaja en unos pocos puntos.
El final del encuentro fue muy suave por parte del Real Madrid, mientras que el Unicaja se hacía grande ejerciendo una presión asfixiante con la que provocaban sendas pérdidas, y gracias a la cual consiguió bajar hasta los 14 puntos de diferencia con los que terminaría el encuentro, con un resultado final de 99-85 para el Real Madrid.