Después de conseguir imponerse el belga Greg Van Avermaet este pasado sábado en la prueba de ciclismo en ruta masculina, poco más de 24 horas después les tocaba el turno a las féminas, las cuales debían completar un total de 136.9 kilómetros, con salida y final en Río de Janeiro. Tan solo cinco fueron los paises que tuvieron el máximo número de corredoras, cuatro: Holanda, Estados Unidos, Italia, Australia y Alemania, las grandes favoritas al oro, mientras que por otro lado España acudía a la cita con tan solo una representante, Ane Santesteban, quien portaba orgullosa el dorsal 48 buscando obtener el mejor resultado posible. Desde las 17:15 la prueba se ponía en marcha bajo un calor abrasador, pero un fuerte viento que sin duda marcaría el devenir de la carrera en todo momento.

La tranquilidad imperaba durante los primeros compases de la carrera por culpa del fuerte viento, pero eso no impedía que Elizabeth Armitstead, campeona del mundo en Richmond 2015, sufriera un pinchazo que le obligaba a rodar entre los coches varios kilómetros hasta terminar cazando al pelotón. Con más de 115 kilómetros para la conclusión de la prueba, comenzaban los ataques, siendo la belga Lotte Kopecky la encargada de abrir hueco ante la permisividad del grupo mayoritario, dejando a la corredora obtener más de un minuto de adelanto. A pesar de aparentar una calma en el pelotón, todo ello era tenso, empezando de nuevo las hostilidades a 110 kilómetros de meta, probando suerte entre otras Evelyn Stevens, Megan Guarnier o Katarzyna Niewiadoma, uniéndose rápido el pelotón sin dar metros de ventaja a más ciclistas.

Batalla a cien kilómetros de meta

Mientras por delante Kopecky llevaba su tiempo de adelanto hasta los dos minutos, por detrás Alemania entraba en acción utilizando la fabulosa táctica de los abanicos, enfilando el pelotón junto a Italia metiendo cuneta para poner en apuros a las demás favoritas. Gran Bretaña como no podría ser de otra manera, adelantaba posiciones para introducir la calma en el grupo mayoritario. Aprovechando el hecho de tener cuatro corredoras en la prueba, Alemania decidía enviar al ataque a Romy Kasper, quien rápidamente se iba con un minuto y medio de adelanto sobre el pelotón. El ascenso a Grumari ponía fin a la aventura de Kasper, lanzándose para abajo en el descenso Ellen Van Dijk, Giorgia Bronzini y Anna Plichta, formando un tercero que ni mucho menos iba a ser permitido en el pelotón, donde el marcaje entre las máximas favoritas era alto y los ataques continuaban estando a la orden del día. Trixi Worrack conseguía poner tierra de por medio con el grupo mayoritario para llegar hastas las tres escapadas, consiguiendo también Kristin Armstrong.

Kopecky durante la prueba | Foto: UCI
Kopecky durante la prueba | Foto: UCI

Dentro de un festival de ataques, Australia se sumaba a la ofensiva con Katrin Garfoot, quien abría hueco hasta llegar al grupo intermedio, que con ella se aumentaba hasta las seis ciclistas. Al contragolpe saltaban Gracie Elvin, Emma Pooley y Marianne Vos, quienes no eran capaces de abrir hueco mientras a cola de pelotón se producía un enganchón entre Karol-Ann Canuel y Martina Ritter, que terminaba con esta última en el suelo. La aparición del pavé hacía que las diferencias se acortaran y los tres grupos estuvieran a vista. A 67 kilómetros de meta se unían Armstrong, Bronzini, Plichta, Van Dijk, Worrack y Kopecky en cabeza de carrera, sin opciones de abrir hueco al estar pegado el pelotón y darles caza sin contemplación alguna. El descenso permitía que un grupo de alrededor de veinticinco unidades se fuera por delante, sufriendo a cola de pelotón Ane Santesteban, quien no podía continuar en el grupo de las favoritas.

Siete corredoras de lujo ponen en jaque al pelotón a pocos kilómetros de meta

A pesar de estar gran parte de las mejores corredoras en el grupo delantero, el mal entendimiento de estas terminaba desembocando en la llegada por detrás de un numeroso grupo de treinta unidades, formando un grupo principal de más de cincuenta ciclistas. La tranquilidad imperaba en el pelotón hasta que a poco más de cincuenta kilómetros de la conclusión la francesa Audrey Cordon se iba en solitario, manteniendo alrededor de quince segundos de ventaja. A 45 de meta Cordon era neutralizada empezando una nueva carrera. Buscar imponerse en el campeonato de lejos es una aventura holgada, pero para ello ser formaba un espectacular grupo en el que estaban Vos, Cecchini, Vekemans, Ferrand-Prevot, Jasinska, Worrack y Elvin, ni más ni menos que siete de las mejores ciclistas del panorama internacional, que a tan solo 25 kilómetros de la conclusión llevaban su ventaja hasta el minuto y veinte segundos de adelanto.

Estados Unidos, que no había metido ninguna corredora en el peligroso corte, se puso rápidamente a trabajar en el pelotón, poniendo una marcha fabulosa que a veintidós kilómetros de meta anuló el corte, produciéndose la reagrupación. La llegada de los ascensos a Joá, Canoas y Vista Chinesa, prometía ser apasionante y poner la carrera patas arriba a veinte kilómetros de meta. La batalla se esperaba vibrante, y por delante tan solo se quedaban en el pelotón Van der Breggen, Van Vleuten, Johansson, Moolman, Longo Borghini, Stevens y Abbott, hasta que a veinte del final el ritmo asfixiante dejaba un cuarteto cabecero, formado por Anna van der Breggen, Annemiek Van Vleuten, Elisa Longo Borghini y Mara Abbot, siendo esta última la encargada de asumir la responsabilidad en el grupo. Tanto Abott como Van Vleuten demostraban tener un ritmo mucho más fuerte, por lo que ambas se iban en solitario a quince kilómetros de la conclusión, obteniendo ni más ni menos que un minuto de ventaja sobre el grupo perseguidor, formado por Johansson, Van der Breggen y Stevens.

Van der Breggen y Abbott fueron dos de las más fuertes | Foto: UCI
Van der Breggen y Abbott fueron dos de las más fuertes | Foto: UCI

La lluvia hacía acto de presencia en el descenso de Vista Chinesa, y las corredoras, con la lección aprendida de las caídas sufridas por los hombres 24 horas antes, hacía que el riesgo que tuvieran que tomar no fuera el mismo. Van Vleuten aprovechaba la inseguridad de Abbott para irse en solitario buscando de la medalla de oro. Arriesgar es una elección que a veces puede salir muy caro, y es que si bien en la prueba masculina Vincenzo Nibali y Sergio Henao probaban el amargo sabor de las caídas, en esta ocasión le tocaba a Annemiek Van Vleuten, que en una curva cerrada, mojada por la lluvia caída, salía disparada contra el bordillo en un espeluznante traspiés que dejaba a Mara Abbott en primera posición, con medio minuto de ventaja a cinco kilómetros de meta.

Abott muera en la orilla en la coronación de Van der Breggen

Hasta que no se llega a la línea de meta no se puede dar por hecho ningún triunfo, y eso mismo debió pensar Mara Abbott cuando a tan solo 150 metros de la llegada se encontraba con la aparición por detrás de Johansson, Van der Breggen y Longo Borghini, yéndose las tres a por un final de infarto, que coronaba a Anna van der Breggen, una medalla de oro que le sabe a gloria, batiendo a Emma Johansson y a Elisa Longo Borghini, segunda y tercera respectivamente con la plata y el bronce en su poder. Ane Santesteban, única representante española, concluyó en la posición 47 a 11:23, mientras que Annemiek Van Vleuten, quien sufría una espeluznante caída a pocos kilómetros de meta se confirmaba que estaba consciente, pero en estado de shock, algo que sin duda tranquilizaba los ánimos en Río de Janeiro.

Clasificaciones de la carrera