Quién le iba a decir al equipo Sauber que llegarían a las calles del Principado de Mónaco con once puntos en el casillero. Y no los han conseguido por cuestión de azar, sino porque han aprovechado lo que hay que saber aprovechar en la Fórmula 1, los lances de carrera.

Llegan a Mónaco después de que Lecrerc completara, de nuevo, como en Azerbaiyán, una gran carrera terminando en la última posición que da derecho a puntos, la décima plaza, y su compañero de equipo haciendo una grandísima labor de compañero antes de realizar la parada. Alfa Romeo Sauber parece haber encontrado la tecla para incorporarse en la batalla por entrar a los puntos, cosa que por ejemplo, Williams aún no ha conseguido.

Porque el equipo ya ha conseguido puntuar en tres de los cinco grandes premios que se han disputado. Quizás el único y más alocado fue el de Bakú, donde Lecrerc consiguió pescar ocho puntos en río revuelto, pero el trabajo realizado en trazados como Baréin o España donde se premia más la constancia, sobre todo este último, han dejado claro que Sauber ha mejorado respecto al año pasado y que sus dos pilotos han comenzado de la mejor manera posible, algo que no esperaban.

Charles Lecrerc, la promesa corre en casa

Si hay un hombre del que se está hablando mucho esta temprada es de la joven promesa y vigente campeón de F2, Charles Lecrerc. Alfa Romeo Sauber se hizo con sus servicios al acabar la temporada pasada y le permitió dar el tan ansiado salto a la Fórmula 1. El monegasco corre en casa este fin de semana, después de conseguir puntuar en los dos últimos grandes premios.

Nueve de los once puntos que el equipo tiene los ha conseguido él. No empezó el año con buen pie pero puntuar en Bakú le hizo crecer y creer que este año iba a ser el nombre que estaría en muchas listas para el año que viene. El pasado Gran Premio de España consiguió mantener a raya a un bicampeón del mundo, como es Fernando Alonso, durante la mayor parte de la carrera. Fue constante, aprovechó la salida y se coló en los puntos, donde se quedó.

Mónaco es un lugar difícil para adelantar, y en los últimos años las carreras en el Principado no han sido muy entretenidas, aunque todo puede pasar en el Gran Premio más glamuroso de la temporada. Lecrerc es el ídolo local, el futuro de la Fórmula 1 y va con la moral por las nubes, con intención de seguir con los mismos resultados anteriores.

Charles Lecrerc en el Gran Premio de Australia | Foto: Getty Images AsiaPac
Charles Lecrerc en el Gran Premio de Australia | Foto: Getty Images AsiaPac

Marcus Ericsson, buen inicio del sueco

El compañero de equipo del piloto revelación, Marcus Ericsson, sabe que tiene un papel importante por las críticas que suele recibir debido a su continuidad en el equipo Sauber por cuarto año consecutivo, cuando muchos pedían otros nombres. El sueco debutó en 2014 en Caterham y, desde 2015, corre para los suizos, donde este año parece haber encontrado la madurez y experiencia que ha ido ganando con el paso de las carreras.

Porque puntuó sorprendentemente en el segundo Gran Premio del año, Baréin, consiguiendo un noveno puesto que redondea los nueve conseguidos por Lecrerc, pero el trabajo de Ericsson está siendo importante. Parece que ha captado el mensaje de su equipo y en el Gran Premio de España hizo todo lo posible por ayudar a su compañero a conseguir mantener esa posición de puntos e incluso intentar alcanzar a Sainz, con el que bailó paralelo, rueda con rueda, sobre la pista de Montmeló.

Pocas son las opciones de conseguir un buen rendimiento este fin de semana, pero, como Lecrerc, pueden conseguir sacar algo de provecho si la carrera se vuelve loca en algún momento. Quieren seguir sumando, y si lo han conseguido en tres circuitos de forma inesperada, por qué no conseguirlo también aquí, donde todo puede pasar.

Marcus Ericsson en el Gran Premio de Australia | Foto: Getty Images AsiaPac
Marcus Ericsson en el Gran Premio de Australia | Foto: Getty Images AsiaPac

Por eso este Gran Premio es especial. Aunque los últimos precedentes han sido de carreras con pocas novedades, la tensión está al máximo de principio a fin, porque un error te deja fuera y, sobre todo, puede abrir también la puerta a alguien que se encontraba divagando por las calles monegascas. Sauber lo tiene complicado, pero también lo tenía en los otros tres grandes premios donde ha conseguido puntuar, por lo que no es imposible sorprender de nuevo.