Arrancaba el Badenova-Stadion, con un Friburgo que tras un inicio de liga difícil ante el Leverkusen, quería resarcirse y conseguir los primeros tres puntos de la temporada. Su rival el Mainz, a priori no parecía un equipo complicado para el Friburgo pero las cosas se le complicaron a los locales desde el principio.
La primera parte fue dominada de principio a fin por el conjunto de Streich que veía cómo pasaban los minutos y los tímidos acercamientos de sus jugadores no conseguían poner el 1-0 en el marcador en ningún momento. El Mainz no hacía casi acto de presencia en esta primera mitad, y se limitaba a aguantar y esperar sus ocasiones.
Se llegaban así a los primeros 45 minutos de partido, los locales no eran capaces de penetrar la portería local y el público empezaba a darse cuenta que este Friburgo mucho tiene que mejorar para parecerse al de la temporada pasada.
Baño táctico de Tuchel y 0-2 en tres minutos
Tras el descanso, los jugadores de Tuchel dieron un paso adelante y el partido comenzó a cambiar desde el principio. Corría el minuto 65 de partido cuando Zimling con la cabeza conseguía superar a Baumann y poner el 0-1 en el marcador, tan temido por los locales, como deseado por los visitantes.
El estadio no daba crédito que tras una primera parte agobiante por parte del Friburgo, el electrónico anunciara el 0-1. En medio de la “pájara” de aficionados y jugadores apareció Nicolai Müller para poner el 0-2 y dejar prácticamente sentenciado el partido. El equipo de Streich pasó del empate a la derrota clara en tan solo tres minutos.
El Friburgo asedia a su rival pero no consigue su objetivo
De aquí al final, lo que se le exige al local que va perdiendo ante su público, que apriete. El Friburgo se lanzó a diestro y siniestro contra la portería del Mainz, y tres minutos después del gol de Müller, el delantero Sebastian Freis apretaba de nuevo el marcador y lo dejaba en el 1-2 final, que deja al Friburgo como colista de la Bundesliga, con dos derrotas en otros tantos partidos, y una imagen aún por mejorar.