El Volskwagen Arena se vestía de gala tras el parón de selecciones para vivir un duelo trascendental para el Wolfsburgo, después de que en el día de ayer el Dortmund perdiera de manera sorprendente. Era la oportunidad de los lobos, de acercarse a ese segundo puesto que, con una hipotética victoria, se situaría a cinco puntos de diferencia. Por su parte el Werder se presentaba al choque con la necesidad de puntuar en uno de los peores campos para hacerlo. Por lo tanto por uno y otro equipo, se presentaba un partido atractivo, con los locales sin Draxler por la expulsión de la jornada pasada.

El Werder se ve superado en todo momento

Con todos los alicientes posibles, el único equipo que salió a buscar el gol fue el Wolfsburgo, que desplegó todo su arsenal ofensivo para poder poner de cara el encuentro lo antes posible. Claro ejemplo de esto fue el primer acercamiento con un gran disparo de Vieirinha, que obligaba a Wiedwald a estirarse para mandarla a córner cuando se cantaba el primero en el Volkswagen Arena. Seguía acechando el equipo local hasta que por fin recibió la recompensa del 1-0, cuando tan solo transcurrían poco más de diez minutos en el choque.

No obstante llegaba de la manera más desafortunada para el Bremen que se había defendido con uñas y dientes hasta entonces. Y es que, tras un centro por la derecha que ya se preparaba para empujar Dost, el que finalmente lo introducía en su propia portería era el defensa español Gálvez, en un desesperado intento por evitar el tanto. Sin embargo, lejos de conformarse con el primero, dos minutos después pudo anotar el segundo tanto esta vez si el delantero centro de los locales, con un remate muy claro que picaba en exceso y se marchaba por encima de la meta.

La primera parte fue un constante asedio sufrido por los visitantes. Y es que, tras un remate al palo de Luiz Gustavo, que se retiraba lesionado poco después, llegaba al filo del descanso, lo que parecía la sentencia. Otra vez Vieirinha aparecía para los locales, y votaba una falta espectacular que Kruse solo tenía que peinar sutilmente para hacer el 2-0, y cerrar la primera mitad, que había sido una auténtica pesadilla para el Werder Bremen.

El Wolfsburgo se gusta y golea

Con 2-0 y el partido controlado, los lobos siguieron intimidando a Wiedwald, que pese a encajar dos goles en la primera mitad, era el mejor de los suyos con mucha diferencia. Tanto fue así, que tan solo cinco minutos después de la reanudación, Dante obligaba al cancerbero a realizar otro espectacular vuelo para mantener a los suyos con un hilo de vida para el resto del choque.

Esta vida acabó por agotarse cuando, poco después, aparecía Vieirinha como una exhalación por su banda para rematar un centro desde el lado opuesto y subir el tercer tanto al marcador ante la indolencia de toda la defensa del Werder Bremen, que daba señales de, probablemente, estar firmando su peor partido de la temporada. Tal era la falta de actitud, que diez minutos después de que el 3-0 luciera al electrónico, Guilavogui iba a aparecer totalmente solo en el área rival para rematar con el pie un córner desde la izquierda y subir el cuarto.

El Wolfsburgo se gustaba en cada una de las jugadas, y su afición disfrutaba ante su mejor partido esta campaña. No obstante, el equipo iba a tener guardados dos regalos más para los suyos antes del final del choque. El primero lo hacía Dost que, aprovechando un mal fuera de juego tirado por su rival, empujaba a portería vacía el balón para firmar la manita. No obstante a menos de cuatro minutos para el final, iba a aparecer Kruse para repetir el guion de su compañero y dejar el set en el marcador.

Un 6-0 más que justo y que de no ser por Wiedwald, hubiera sido aún más abultado. El Wolfsburgo recorta tres puntos al Dortmund en su pelea por el subcampeonato de la Bundesliga una vez que parece inalcanzable el nivel del Bayern, y el Werder Bremen que mostró una de sus peores caras esta tarde y que tendrá mucho que mejorar si no quiere sufrir más de la cuenta este año.