La mañana de sábado se presentaba halagüeña ante la calidad de los jugadores que serían protagonistas durante 90 minutos en el estadio en el que ejerce de local el Spartak de Moscú.

Sonaban los himnos, la grada se mostraba entregada, y los jugadores se predisponían para tratar de lograr los 3 puntos que se antojarían determinantes para el devenir de ambos conjuntos en la competición. 

La grada mostraba buen ambiente. Fuente: FIFA.
La grada mostraba buen ambiente en todo el estadio. Fuente: FIFA.

Con el pitido inicial, la selección belga se disponía sobre el terreno de juego tratando de abrir el campo con un incisivo Yannick Carrasco.

El arranque no pudo ser más arrollador, y el buen ritmo belga durante los primeros compases de encuentro obtuvo su fruto en una combinación en la frontal del área, que desembocó en la comisión de un clamoroso penalti al capitán de los europeos, que generó dudas acerca de si se realizó en el interior de la zona de castigo o fuera de la misma. El VAR pudo ratificar que la falta fue digna de decretar golpeo desde los 11 metros. 

Como cabía esperar, Eden Hazard se encargó de materializar la pena máxima para adelantar a los 6 minutos de partido a una Bélgica que se veía con ventaja de manera muy tempranera.

El gol trajo la locura al partido, la tensión se apoderó de jugadores y ritmo de juego, provocando espacios que aprovechaban los Red Devils para generar peligro constante a la portería defendida por Ben Mustapha.

Hazard mostró su mejor versión en el encuentro. Fuente: FIFA.
Hazard mostró su mejor versión en el encuentro. Fuente: FIFA.

Un enchufado Lukaku comenzó a crear peligro y a mostrarse certero en sus movimientos, lo que provocó que en los espacios ofrecidos por el equipo africano fueran aprovechados por Mertens en el minuto 15 para robar en medio campo y filtrar un pase al delantero del Manchester United que no dudó en definir cruzado para poner el segundo gol en el luminoso. 

En un Mundial del que se dice que escasean los goles, este partido pretendía romper todos los moldes establecidos hasta el momento, puesto que en la siguiente jugada tras la reanudación del juego, Túnez colgaba un balón al área mediante un libre directo que convertía en el 2-1 a través de un cabezazo de Bronn

El jolgorio en que se convirtió el partido no cesó ni pausó la fluidez del juego, el descontrol y los espacios se sucedían y, lógicamente, la calidad ofensiva de Bélgica persistía en su asedio mediante un remate que consiguió sacar el meta africano y un acercamiento de Alderweireld desde fuera del área. 

La lesión del autor del gol tunecino no estabilizó la táctica y posicionamiento de los equipos que se encontraban imprimiendo una energía difícil de mantener durante el tiempo restante. 

Se imponía el amplio arsenal de recursos de los belgas al contragolpe y Túnez pecaba de inexperiencia mediante desconexiones mentales que se transformaban en pérdidas, pese a que las Águilas de Cartago tiraban de oficio para acercarse a la portería de Courtois. La defensa belga sufría en el descontrol imperante y se veían víctimas de la alta presión tunecina que realizaban amenazas verticales y buscando finalizar con tiro a puerta. 

Khazri, haciendo gala de su condición de estrella, tiraba del carro mediante acciones individuales que ponían en serios aprietos a un medio del campo de Bélgica que parecían más centrados en recuperar y salir rápidamente, que en defender las transiciones africanas. 

Las tácticas de los equipos se desestructuraban, las líneas se rompían y la disposición defensiva sufría desajustes, especialmente los centros del campo, que acusaban las constantes transiciones que se sucedían por el vaivén del juego. 

Parecía llegarse al descanso con los jugadores de Túnez achacando el esfuerzo realizado, viéndose obligados a realizar el segundo cambio en 40 minutos, dando entrada e Benalouane por las molestias mostradas por Ben Youssef

Bronn marcó con un buen testarazo. Fuente: FIFA.
Bronn marcó con un buen testarazo. Fuente: FIFA.

Pero el repertorio de futbolistas de alta gama de la candidata europea, conseguiría poner el 3-1 a través de una jugada de un participativo Meunier, que dejó un pase para un demoledor Lukaku que picó el cuero por encima del cancerbero, marca de la casa del ariete nacido en Amberes.

La primera parte concluía con dos apuntes muy claros referentes a cada equipo: la selección belga necesita espacios para explotar el ingenio de sus futbolistas y, la selección africana trataría de ir a remontar el encuentro en la segunda parte, demostrando tener efectivos y criterio para hacer imaginar al espectador que se viviría unos últimos 45 minutos vibrantes, teniendo mucho que decir el equipo dirigido por Nabil Maaloul. 

La sensación ofrecida era que Túnez aportó la garra e intención de dominar el juego mediante jugadas elaboradas, pero que los nombres del Bélgica son demasiado y Lukaku, Hazard, Mertens, De Bruyne o Meunier pueden destrozar a cualquier selección nacional si encuentran huecos para correr en tres cuartos de cancha. 

Arrancaba la segunda mitad con una ordenada Túnez haciéndose dueña y señora del tempo del encuentro, con un centro del campo belga desdibujado sobre el verde, desescalonado ante la presión africana, donde Witsel sufría para posicionarse. 

En el fútbol, la efectividad es uno de los factores diferenciales para determinar, cuando un equipo realiza únicamente buen juego , o cuando es un conjunto candidato a todo. Y, Bélgica, de efectividad va muy sobrada, tal y como quedó demostrado a los 5 minutos del segundo tiempo. 

Balón introducido por Alderweireld (un central, ojo) a Hazard que orientaba con el pecho entro dos centrales para sortear al guardameta tunecino y lograr el cuarto tanto para su combinado nacional. 

Misma tónica que en el primer tiempo, por muy buen fútbol que generes, buen planteamiento que ofrezcas, la superioridad frente a tu rival, si enfrente te encuentras a un conjunto con jugadores tan certeros como los que forman parte de la selección de Bélgica, estos argumentos pueden irse por la borda en una simple pincelada de calidad de dichos hombres. 

Lukaku fue nombrado "Hombre del Partido". Fuente: FIFA.
Lukaku fue nombrado "Hombre del Partido". Fuente: FIFA.

Meritoria la imagen ofrecida por una atractiva Túnez que dominaba en la combinación y ejecución de las ofensivas, pero que se veía superada por la inconmensurable pegada arriba de los belgas que se servían de contragolpes para dominar en el marcador. 

Sorprendía la sustitución de la estrella del partido hasta el momento, el pichichi de la competición, Romelu Lukaku, que completó un partido para el recuerdo y que demostró que su potencia debe ser un aspecto muy a tener en cuenta en esta cita mundialista. 

La segunda estrella del encuentro, Hazard, recibía descanso para dar entrada a Batshuayi, ganándose el reconocimiento de la grada y dando la sensación de que de su nivel de forma dependerán en gran medida las aspiraciones Reds en la competición. 

En torno al minuto 70, el frenético juego impreso hasta ese momento sufrió un comprensible descenso, debido al castigo físico que había supuesto el acelerado ritmo de partido. 

El estilo belga adquirió algo de mayor consistencia con la entrada del delantero del Borussia de Dortmund, que trazaba desmarques que a punto estuvieron de convertirse en el sexto tanto del encuentro. 

Una aguerrida Túnez trataba de ofrecer una cara digna para despedirse virtualmente del torneo mediante una propuesta más estática y menos vertical, puesto que el cansancio se apoderaba de unos futbolistas africanos con menos experiencia en partidos de mayor exigencia física. 

Batshuayi persistía en su búsqueda por incluir un gol a su casillero, estrellando un balón en el travesaño y otro golpeo que detuvo el portero. 

Los minutos finales mostrarían una cara más alicaída de los jugadores entrenados por Maaloul, que vieron como su buen hacer durante el partido no había obtenido recompensa pese al buen planteamiento táctico mostrado.

Parecía que moriría el primer encuentro correspondiente a la segunda jornada del Grupo G, con la culminación de la goleada del equipo dirigido por Roberto Martínez mediante el remate de, quién si no, Michy Batshuayi, que sacaba petróleo de un gran centro de Tielemans, que entró en el segundo tiempo. 

Batshuayi salió para aportar frescura a la punta de ataque. Fuente: FIFA.
Batshuayi salió para aportar frescura a la punta de ataque. Fuente: FIFA.

Maquillaría el resultado un peligroso durante todo el encuentro Khazri, que pondría el definitivo 5-2, obteniendo un agridulce tanto para condecorar su energía durante los 90 minutos. 

Partidazo el acontecido el sábado, donde se vivió el marcador más abultado del Mundial hasta la fecha, dejando distintas sensaciones en ambos conjuntos. 

En el apartado de Bélgica, el análisis es claro, demasiados goles para el dominio mostrado con el esférico y el funcionamiento de su ataque en estático. 

Al equipo de Roberto Martínez le falta consistencia y le sobra talento, hecho que ha decantado la balanza en esta primera fase, donde su fútbol táctico no ha brillado, al contrario de sus individualidades. 

La selección belga se postula como candidata por su artillería en los últimos metros de jugada, con un Lukaku que todo lo que tiene lo convierte en oro, y un Hazard que se está consagrando como una figura mundial, demostrando que puede convertirse en candidato a Balón de Oro si mantiene una cierta regularidad en su rendimiento. 

Obtendrán de esta manera el pase a la siguiente fase el equipo belga, consiguiendo un importante gol average a favor, determinante por si hubiera un posible empate con Inglaterra a puntos y en la última jornada, en caso de que los Pross derroten mañana a Panamá

Preocupante la dependencia de los espacios del equipo europeo, que puede sufrir ante bloques más sólidos y compactos, generando dudas acerca de cómo será su rendimiento frente a una de las grandes que no ofrecerán tantas facilidades defensivas. 

8 goles en 2 partidos para los Red Devils que deberán tratar de encajar a De Bruyne en el esquema para que tenga mayor peso en el ataque posicional de su equipo, puesto que es el jugador más talentoso en la zona de medio del campo. 

Bélgica tiene motivos para soñar en esta Copa del Mundo. Fuente: FIFA.
Bélgica tiene motivos para soñar en esta Copa del Mundo. Fuente: FIFA.

Por parte de Túnez, mencionar que sufre el mismo destino que las otras selecciones eliminadas, Marruecos, Perú y Costa Rica, ofreciendo un juego que bien merecería que llegasen con opciones a la última jornada, pero que su falta de finalización arriba les ha obligado a abandonar la máxima competición internacional. 

Ganas, coraje, pundonor y tesón son algunos de los calificativos que servirían para definir las cualidades de una Túnez que puso en serios aprietos a Inglaterra en la primera jornada, y que hoy ha propuesto un fútbol de alto voltaje pero que no se ha visto recompensado en forma de goles ni solidez defensiva. 

Como resumen del encuentro, destacar que el talento suele tener todo de cara para imponerse y que, en el fútbol, el resultado no siempre escenifica lo propuesto por cada conjunto. Más combinación por parte de los tunecinos, pero la verticalidad de Bélgica al contragolpe y la cantidad de efectivos que reúne arriba el combinado que viste de rojo, hacen que tengan licencia para soñar y que se pueda romper una lanza a favor de su dupla Hazard-Lukaku como motivos para visualizar a los belgas en la final del próximo 15 de julio.