Brasil y México se enfrentarán este lunes a partir de las 16 horas por un puesto entre las ocho mejores selecciones del mundo. El último partido entre estos dos conjuntos durante una Copa del Mundo tuvo lugar hace tan sólo cuatro años, en el Mundial disputado en Brasil. Ambos equipos quedaron encuadrados en el grupo A, junto a Camerún y Croacia. En la primera jornada de la fase de grupos, tanto los aztecas como los brasileños consiguieron los tres puntos, tras vencer 1-0 a Camerún y 3-1 a Croacia, respectivamente. La segunda jornada enfrentaba a los dos líderes del grupo y máximos favoritos a pasar de ronda, por lo que una victoria habría dejado a un equipo prácticamente clasificado. 

Scolari apostó por Julio César en portería; defensa de cuatro para Dani Alves, Thiago Silva, David Luiz y Marcelo; un centro del campo formado por Paulinho, Luiz Gustavo, Ramires, Oscar y Neymar; con Fred en la punta del ataque. Por su parte, Herrera salió con Ochoa bajo palos; defensa de cinco formada por Paul Aguilar, Maza, Rafa Márquez, Héctor Moreno y Layún; el centro del campo para Guardado, Vázquez y Héctor Herrera; y la delantera compuesta por Peralta y Giovanni Dos Santos.

El arranque del partido y toda la primera mitad demostró la incapacidad de la selección pentacampeona del mundo de dominar y gobernar los partidos. México es una selección siempre rocosa y sólida, por lo que es necesaria una circulación rápida del balón para hacerles daño. El centro del campo azteca asfixió la salida de balón brasileña y se hizo con la posesión del partido. Mexico tenía el balón y Brasil las ocasiones. La ocasión más clara vino de la cabeza de Neymar Jr. El remate de cabeza del entonces jugador del FC Barcelona dio lugar a una de las mejores paradas del Mundial, por parte del Memo Ochoa. Los aztecas tuvieron la iniciativa con la posesión, pero apenas inquietaron la portería de Julio Cesar. Sin embargo, los brasileños no gozaban de buen juego, pero su enorme capacidad ofensiva les permitió tener oportunidades suficientes para adelantarse en el marcador. A pesar de ello, el gol no terminaba de llegar.

En la segunda parte, mejoraron las prestaciones del equipo brasileño. La defensa mexicana era cada vez menos sólida ante las constantes intentonas por parte de Neymar y compañía. Sin embargo, volvió a aparecer el héroe de la noche: Ochoa. El guardameta azteca estuvo impecable durante todo el encuentro. En la segunda mitad tuvo dos paradas de mucho mérito, una a disparo a quemarropa de Neymar y otra a un cabezazo de Thiago Silva, esta última a tan solo cinco minutos del final. El encuentro acabó con el marcador inicial, es decir, un empate sin goles. La participación de México en este mundial finalizó en octavos de final, cayendo ante Holanda en un partido recordado por el penalti inexistente pitado a Robben. Brasil alcanzó las semifinales pero sufrió una de las mayores humillaciones de su historia, siendo derrotada por Alemania por 7 goles a 1.

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