La Selección Inglesa de Fútbol ha conseguido clasificarse a unas semifinales de un Mundial tras años de fracasos en este torneo, a través de una plantilla inexperta pero eficiente, que exprime sus recursos y genera ilusión de cara a poder entrar en la gran final del torneo. 

Los jugadores entrenados por Gareth Southgate, han conseguido devolver la ilusión a un país británico que no sabía lo que era ganar un partido de cuartos de final desde que lo consiguiera en el Mundial de Italia 90´. 

Para hacerse una idea de la cantidad de tiempo que suponen esos 28 años, basta con mencionar que en ese campeonato jugaba en el equipo que birló la tercera posición a los propios ingleses el flamante entrenador del Nápoles, Carlo Ancelotti, ejerciendo como centrocampista de la Squadra Azzurra

En ese mismo 1990, el delantero referencia que guió a los Pross a la ronda previa a la final, fue el mítico Gary Lineker, máximo goleador inglés en los mundiales. 

En aquel torneo, los ingleses presentaban un plantel sólido pero envuelto en dudas, destinando gran parte de sus aspiraciones al ariete nacido en Leicester, situación análoga a la actual de los Three Lions. con Harry Kane

El equipo británico se clasificó como primera de grupo, superando a Irlanda, Países Bajos o Egipto, quedando encuadrada, curiosamente, contra Bélgica, mismo equipo al que se enfrentaron en este 2018 en fase de grupos. 

Derrotaron por 1-0 a los Red Devils, ganaron en la prórroga a una combativa Camerún por 3-2, alcanzando la misma fase que los hombres de Southgate en Rusia 2018. 

En aquella semifinal, cayeron apeados frente a la Alemania Federal de Matthaus por penaltis, (4-3) para finalizar en cuarto puesto al perder con la Italia de Salvatore Schillaci (que sería Bota de Oro del Mundial)en la lucha por la tercera plaza, poniendo fin a sus sueño de regresar a una final mundialista y rememorar la hazaña de 1966 cuando se alzaron con su única Copa del Mundo hasta la fecha, a la vez que no coparon si quiera el podio.

El combinado nacional inglés, pese a ser considerados los "padres" del fútbol, cuentan con un historial escueto en lo que a rendimiento en la máxima competición internacional se refiere, habiendo alcanzado exclusivamente en una ocasión las semifinales (1990), exceptuando el mencionado título de 1966. 

Con este palmarés, los Harry Kane, Jordan Pickford, Raheem Sterling y compañía, logran una hazaña que es más relevante de lo que parece a simple vista, al tratarse de la segunda o tercera mejor participación en un Mundial del Equipo de la Rosa, cuando antes del torneo no se contaba con los ingleses como candidatos a unas semifinales.

El fútbol practicado no ha sido el más preciso ni certero, pero si el suficiente como para haber superado 3 fases del campeonato, que se venían resistiendo casi 3 décadas en las islas británicas, generando una esperanza en unos Fans afiliados al fracaso en los últimos torneos internacionales. 

En el siglo XXI, de la mano de Wayne Rooney, los ingleses han tratado de asaltar algún título mediante equipos cargados de estrellas de la índole de Steven Gerrard o John Terry, pero que vieron como en Corea  Japón 2002 o en Alemania 2006, se chocaban de bruces contra unos malditos cuartos de final. 

En Sudáfrica 2010, cayeron en octavos frente a la finalista Alemania por un contundente 4-1, cuando ocurrió una polémica en torno a un posible gol fantasma de Frank Lampard o las dantescas actuaciones de "Calamity" James en el arco. 

La suerte no acompañó a esta selección en el último Mundial de Brasil, donde cayeron a las primeras de cambio, en un grupo en el que se encontraban Italia, Uruguay y Costa Rica, clasificándose las dos últimas contra todo pronóstico.

En este Mundial de Rusia 2018, los Pross han conseguido superar las barreras históricas que se antojaban irrompibles, a base de esfuerzo y una preparación táctica de Southgate fundamentada en el esfuerzo y energía de los más jóvenes. 

Sin emplear un estilo fluido ni vistoso, han superado a Túnez y Panamá en fase de grupos, cayendo en el lado "fácil" del cuadro, viéndose enfrentados a Colombia, equipo al que derrotaron en penaltis, y en el día de hoy a Suecia por 2-0, alcanzando la mejor clasificación del presente siglo del combinado inglés. 

Su próximo rival a las puertas de la final, saldrá del ganador del duelo entre Croacia y la anfitriona Rusia, prometiendo ser un partido duro por la motivación que presenta el cuadro inglés y el estado anímico en el que se encuentra por la victoria solvente frente al muro sueco, así como por la calidad de sus hombres, que es teóricamente superior a la de los rivales. 

En Inglaterra ya sueñan con alcanzar ese último partido, siendo su segunda final en la historia tras 52 años, abriendo una posibilidad de repetir la consecución del trofeo de 1966.