El Stadio Olímpico de Roma acogió el partido entre Lazio y AC Milan, correspondiente a la jornada 19 de la Serie A. La Lazio venció al Sassuolo en el anterior encuentro, y llegó con la baja de Ciro Immobile, su estrella y máxima esperanza de gol. El equipo romano ocupa la tercera plaza de la clasificación con un total de 37 puntos. Por su parte, el Milan no atraviesa su mejor momento, puesto que vino de dos empates en liga y de ser arrollado por el Inter en la Supercopa de Italia. Sin embargo, los 'rossoneri' ocupan el segundo puesto de la tabla. 

Los primeros minutos del partido fueron de posesión del Milan, aunque sin crear ningún peligro a la portería de Provedel. En la primera ocasión que tuvo la Lazio, en el minuto 5, logró materializar mediante el talentoso Sergej Milinkovic-Savic. Desde el costado izquierdo, Zaccagni sacó un centro raso que, de primeras, mandó Sergej a la portería defendida por Tatarusanu. El gol del centrocampista serbio fue un jarro de agua fría para los visitantes. Y es que los pupilos de Pioli estuvieron dominando el los primeros minutos del partido. El Milan no tardó en responder: Messias recortó hacia dentro y disparó para que, tras dar en el defensa rival, el balón se marchó a saque de esquina.

El conjunto visitante mandó con su guion, tal y como se esperó al inicio del encuentro. Mucha posesión de balón, aunque tuvo cero frescura. La preocupación empezó en el césped y en el banquillo. Pioli no supo cómo reaccionar. El Milan siguió con más ocasiones: Leao tuvo un disparo fuera de la frontal, aunque estuvo lento y tropezó con un compañero de equipo, que estaba en fuera de juego. Dest estuvo activo en la banda derecha, además interceptó un centro peligroso del rival. La preocupación de los visitantes era evidente. Las ocasiones no terminaron en gol, y en el minuto 22, Tomori se dolió de la pierna y tuvo que entrar el defensa Kjaer.

Messias, el más activo del Milan, lo intentó una y otra vez. El conjunto milanés empezó a llegar muy poco a las inmediaciones del área rival. Y las pocas que llega, nafraugó. La última, y más clara del Milan, fue un buen contraataque. Rafael Leao, quien en el partido estuvo algo apático, pisó área y buscó un pase de la muerte, pero sin encontrar rematador. Los rossoneri perdonaron y mucho, y la Lazio supo aprovechar el error de Tatarusanu para poner el segundo del partido. Un tiro de Marusic terminó en el palo y Zaccagni remachó casi en línea de gol. 

Mismo guion, mismo resultado

El Milan saltó al segundo tiempo con el mismo guion. En dos minutos tuvo dos ocasiones muy claras: Brahim quiso rematar una dejada demasiado corta de Giroud y terminó golpeando a un zaguero de la Lazio. Posteriormente, en el minuto 48, Bennacer no encontró la escuadra de Provedel por unos centímetros. El balón rozó en la cabeza de un futbolista del equipo rival y terminó en córner.

Pioli se vio obligado a mover fichas para poder remontar, o al menos, empatar ante una Lazio que bajó los brazos después del segundo gol. Entraron Origi, Saelemaekers y De Ketelaere para revolucionar el partido. De nada sirvieron los cambios porque, en el minuto 67, Kalulu estuvo muy mal. El central quiso despejar en el área, pero Pedro fue mucho más rápido, llegó al esférico y el defensa milanés le dio una patada fortísima que terminó en penalti. Luis Alberto, el experto en penaltis, transformó desde los 11 metros y marcó el tercero para los ´blanquicelestes´

El propio jugador que provocó el penalti, Kalulu, tuvo una buena ocasión para compensar su error, pero sin éxito ninguno. De Ketelaere también la tuvo en el 71, tras un buen zurdazo. El Milan no levantó cabeza, y cuando menos se lo esperó, llegó el cuarto y definitivo zarpazo de la Lazio. Fue producto de un gran pase filtrado de Luis Alberto, Felipe Anderson lo aprovechó y batió a Tatarsanu con un remate blando a la derecha.

La Lazio se divirtió en los últimos minutos, mientras que los 'rossoneri' quisieron, por todo lo del mundo, que acabara el partido cuanto antes. Y así fue. Los de Pioli siguen sin levantar cabeza por tercera jornada consecutiva. Los Giroud, Brahim y compañía no estuvieron a la altura de de una Lazio que fue contundente y mejor en casi todo: juego, orden y ganas.