La llegada del 2016

El año no comenzaba mal para el Werder Bremen al conocerse la incorporación del central senegalés, procedente del Chelsea, Papy Djilobodji, que ayudaría en tareas defensivas para lograr la permanencia una temporada más. A esta incorporación como buena nueva para los blanquiverdes se le sumó una aún mejor, y es que en la primera jornada después del parón por Navidad lograron un contundente 3-1 frente al Schalke 04, en el mismísimo Veltins Arena. Dieron la campanada y sumaron tres puntos más que valiosos.

Un buen comienzo del año para el Bremen. Foto: bundesliga.com

Al parón navideño, los de, por aquel entonces, Viktor Skrypnyk, ocupaban puestos de descenso, pero con los tres puntos logrados en territorio minero comenzaban de la mejor manera posible el camino a la salvación.

Por otro lado, en enero llegaban el portero inglés Gerhard Tremmel y Veljkovic desde la Premier League, que no iban a contar con muchos minutos.

Muy confiados por la victoria en un campo tan difícil, llegó la visita a un campo aún peor, y es que se visitaba Mönchengladbach; el Bremen se llevó un duro correctivo al caer por 5-1. Fue uno de los momentos más duros de la temporada pasada. El equipo estaba inmerso en una crisis y todos los caminos llevaban a un mismo final: el descenso.

Sin embargo, se encontró una vía de escape, llamada Copa. En la Copa Alemana, derrotaron al Bayer Leverkusen tras aprovechar su inferioridad numérica y se plantaron en las semifinales. La posibilidad de conquistar un título se presentaba como un sueño. Este se vería truncado por mala suerte y es que fue el Bayern de Münich el rival del Bremen en las semifinales en la DFB Pokal, así como el verdugo que despojaba de cualquier posibilidad a los de Skrypnyk.

El Bremen avanzaba a las semis de la DFB Pokal. Foto:werder.de

El mes de marzo fue para recordarlo negativamente. Comenzó con una goleada del Bayern de Münich en el Allianz por 5-0, hundiendo la moral de los aficionados y avistando el pozo de segunda cada vez más cerca. Y en el siguiente encuentro, se empató frente al Mainz 05. No hay nada peor que manchar la imagen de un club y eso es lo que hizo Djilobodji al amenazar de muerte a un rival en este partido.

Las cosas iban a mejorar un poco en abril. Llegó la derrota frente al Dortmund en el Westfalen, algo en teoría previsible, pero se produjo un hecho histórico. Claudio Pizarro agrandaba su leyenda al convertirse en el máximo goleador de la historia del Werder Bremen, superando los 101 goles de Marco Bode. Además, en el partido donde lo consiguió (vs. Wolfsburgo) también logró los tres puntos.

Claudio Pizarro, máximo goleador en la historia del Werder Bremen. Foto: bundesliga.de

El mes terminaba con malas noticias al perder contra el Hamburgo fuera de casa, lo que les metió en serios problemas. El siguiente partido frente al Stuttgart sería una final.

Tan sólo restaban dos jornadas para el final de la Bundesliga y Werder Bremen y Stuttgart tenían el partido más importante de la temporada, una final que decidiría casi definitivamente quién sería el próximo equipo de segunda división. Y el Bremen ganó esa final de manera contundente, y es que le endosó un 6-2 con actuaciones estelares de Fin Bartels y Claudio Pizarro. Los aficionados del Weserstadion jugaron un papel fundamental y así los de Skrypnyk salían de puestos de descenso. Este mes fue el de las finales.

Habría una más frente al Eintracht para determinar quién jugaría el encuentro de promoción frente al tercero de la segunda alemana. De nuevo era en el Weserstadion y con un final agónico. Fue en el minuto 88 cuando el mismísimo Papy Djilobodji lograba una de los goles más importantes en la historia del Werder Bremen. Quien había manchado la imagen del club hacía unos meses anotaba el gol que provocaba la permanencia en la Bundesliga.

El objetivo estaba cumplido y el Werder Bremen sería equipo de Bundesliga en la temporada 2016/17. Era el momento para reforzarse.

El gol de la salvación in extremis. Foto: werder.de

Altas y bajas del nuevo Bremen

La primera y más importante noticia fue la de poder contar un año más con el Bombardero de los Andes, Claudio Pizarro. El delantero peruano tenía 103 goles en 187 partidos y, a pesar de sus 37 años, es una seña de identidad del club y un seguro goleador.

El Werder Bremen invirtió un total de casi 17 millones en fichajes, con incorporaciones como las del central francés Diagne (Rennes) el extremo derecho Florian Kainz (Rapid de Viena), el veterano guardameta Jaroslav Drobny (Hertha), el central Lamine Sané, del Burdeos, Robert Bauer (Ingolstadt 04), Niklas Moisander (Sampdoria), Delaney (Copenhaguen) y Petsos (Rapid de Viena), pero las dos mejores incorporaciones fueron las del prometedor Serge Gnabry, máximo goleador de los JJOO de Río y procedente del Arsenal, y la vuelta de Max Kruse a su casa por una cantidad cercana a los ocho millones de euros desde el Wolfsburgo.

Max Kruse vuelve a casa. Foto: werder.de

Con las ventas alcanzaron casi los 25 millones de euros, consiguiendo así un superávit de 8 millones. Las ventas más destacadas fueron las del delantero Ujah, que se marchó a China por 12 millones, Vestergaard por 11 millones al Gladbach y el español Gálvez, que se fue al Eibar.

Se formaba así el equipo de esta temporada, cuyo objetivo es salvarse de la segunda división, estabilizándose en una posición en la mitad de la tabla.

Ujah, en su llegada a China. Foto: superligachina.com

El comienzo de una nueva temporada

Tan sólo llevamos cuatro meses de competición y el Werder Bremen ya ha pasado por todo. Desde un cambio de entrenador hasta una racha de cinco partidos sin conocer la derrota.

Todo comenzó de la peor manera posible: la primera jornada era nada menos que en el Allianz ante el nuevo Bayern de Ancelotti. Si el año pasado encajaron cinco, en este partido sería un humillante 6-0. A esto se sumaba las bajas de Pizarro y Kruse, que no podrían participar hasta bien avanzada la temporada.

El Werder es humillado en el Allianz. Foto: bundesliga.com

El siguiente encuentro fue contra el Augsburgo, un rival directo, y el Werder volvió a perder. Tal vez la más dolorosa, ya que situaba al equipo como colista.

Un gol a favor y ocho en contra, en tan solo dos partidos

Las derrotas se encadenaron una tras otra, primero Gladbach (4-1) y después Mainz (1-2). El equipo era pésimo defensivamente y había que modificar algo. La directiva optó por destituir a Skrypnyk y poner de manera interina al entrenador de la cantera, Alexander Nouri.

Alexander Nouri, nuevo míster del Bremen. Foto: bundesliga.com

El ex jugador del Bremen, de nacionalidad iraní, dio con la tecla.

Consiguió su primera victoria frente al Wolfsburgo en su debut y encadenó cuatro partidos consecutivos sin perder, con una victoria muy meritoria frente al Leverkusen en el Weserstadion. Después de perder frente a la revelación de la temporada, el RB Leipzig, volvió a sufrir cuatro derrotas consecutivas, entre las que destaca el 3-1 en el derbi frente al Schalke 04, dejando claro que este era un equipo de rachas.

Llegaba el momento de visitar al colista y resarcirse acabando con la mala racha; sin embargo, no fue así. El anterior empate del Hamburgo frente al Hoffenheim no fue una casualidad y los que parecían hundidos hacía unas jornadas estaban saliendo del pozo a lo grande; con el Bremen consiguieron un empate, dejando la moral de los de Nouri por los suelos. Este era un partido clave para distanciarse de los puestos de abajo pero no lo consiguieron.

El siguiente enfrentamiento lo encaraban con el mismo objetivo que el anterior partido: poner tierra de por medio; esta vez era el Ingolstadt 04 el rival. Un equipo que no había empezado bien la temporada y se notó. El Bremen consiguió ganar en casa por 2-1 y se alzó con tres puntos que valieron oro en ese momento.

Una vez comenzada una racha positiva, el Werder se agarró a ella como llevaba haciendo desde el inicio de campaña pero esta vez la tarea se antojaba más que complicada, ya que tocaba enfrentarse a tres de los equipos revelación de la temporada: un Hertha de Berlín, único equipo invicto en casa; un Colonia que sacó puntos frente a Bayern y Dortmund, y un Hoffenheim, que seguía como único equipo invicto en toda Alemania e incluso en Europa.

De estos tres partidos sacó un total de 5 puntos de 9 posibles

Entre todos ellos, destaca la conquista del Olympiastadion, declarándose como único equipo en la temporada capaz de hacerlo. Fue gracias a una actuación estelar del trío Gnabry-Pizarro-Kruse; estos dos últimos habían vuelto después de sus respectivas lesiones y vaya si se notaba. Así llegan al parón navideño, con una racha de cinco partidos consecutivos sin conocer la derrota y, en comparación, muchísimo mejor que la temporada anterior.

El Bremen gana en Berlín. Foto: werder.de

Un milagro llamado Manneh

La historia de este chico de 19 años conmovió al mundo del fútbol y ocupó las portadas de los mejores diarios deportivos europeos al convertirse en el héroe que le daba los tres puntos al Werder Bremen frente al Leverkusen.

Ousman Manneh llegó a la ciudad de Bremen como refugiado de guerra desde Gambia a los 17 años. Se hospedó en el campo de refugiados de la ciudad y comenzó a jugar para el equipo de fútbol de allí. Llamó la atención de un equipo regional de la zona llamado Blumenthaler SV, con el que llegó a marcar cinco goles en un partido. Los ojos de algunos equipos de la Bundesliga lo observaron y le llegaron las ofertas (Werder Bremen, St. Pauli, Hamburgo y Schalke). El gambiano se decantó por la que estaba siendo su casa desde su llegada y optó por la cantera del Werder Bremen.

Manneh y Nouri. Foto: werder.de

Este equipo estaba siendo entrenado por Nouri, el que a la postre sería el nuevo entrenador del primer equipo.

Con su nombramiento, Manneh tendría la oportunidad de debutar en la Bundesliga con su padre deportivo 

El día 15 de octubre de 2016 debutaba a lo grande: con titularidad y con gol incluido que significaban los tres puntos frente a un gigante llamado Bayer Leverkusen, convirtiéndose en el primer gambiano en anotar en toda la historia de la Bundesliga. 

El propósito para el nuevo año del Werder Bremen no será otro que permanecer en la mejor categoría del fútbol alemán y, para sus aficionados, que algún día, a largo plazo, sea lo que fue y esté donde se merece estar.

Ousman Manneh , héroe en Bremen. Foto: werder.de