El Borussia Dortmund sufre el peor momento de la era Bosz, y es que después del gran inicio en Bundesliga, llegándole a sacar cinco puntos al Bayern, han desaprovechado tal ventaja y con una racha de malos resultados que la pasada jornada se reconfirmó con la derrota frente al  Hannover en el TDI-Arena.

En Champions sin embargo las cosas nunca han ido del todo bien, se comenzó con una derrota en Wembley, otra más en casa frente al Real Madrid, y el decepcionante empate en Nicosia, frente al rival de la noche de este miércoles.

El Apoel, que no empezaba con grandes esperanzas en uno de los grupos más difíciles de la Liga de Campeones, consiguió un meritorio empate en su casa frente a los de Bosz, sumando su primer punto del grupo. Este partido sería la oportunidad perfecta para los chipriotas de dar el sorpresón y ahondar aún más en la crisis de los del Westfalen.

Con el comienzo del partido, y en apenas cinco minutos, ya se sabía qué tipo de encuentro se vería. Dominio total y absoluto del Dortmund, con un control de la pelota claro mientras que el APOEL intentaba tapar todos los espacios posibles con el objetivo de anular como fuese al ataque borusser, y al gabonés Pierre Emerick Aubameyang.

Götze no era capaz de marcar. Foto: bvb.de

Las grandes ocasiones no se harían esperar, y el huracán amarillo que se esperaba hizo acto de presencia. Primero sería Mario Götze, después Pulisic por el flanco derecho, para que más tarde tuviese una buena ocasión Aubameyang, que tampoco podía batir a Nauzet.

El APOEL estaba totalmente replegado, y no encontraba ninguna manera de tomar un respiro. Llegaban por la izquierda y por la derecha, por arriba y por abajo pero no había forma de poner el 1-0 en el marcador. Hasta que se cumplió la media hora de encuentro, y tras la salida de un córner llegaba un balón a la media luna del área, a los pies de Shinji Kagawa filtraba un pase espectacular al primer toque a Raphael Guerreiro, que pudo hacer el 1-0.

Un gol más que merecido, y sobre todo buscado para los locales que se veían por delante cómo habían hecho en el partido de Chipre, lo que no sarían es que vivirían una situación similar. Así se llegaba al descanso, en uno de las primeras partes más monopolizadas de toda la temporada en el Westfalen.

En la segunda parte se vio un poco más de lo mismo, llegada la hora del encuentro el  Dortmund ya acumulaba más de 15 disparos hacia la meta de Nauzet. El portero español estaba haciendo uno de sus partidos para recordar toda tu carrera. Sin embargo, este dato abrumador no pareció importarle mucho al conjunto de Georgios Donis, que empatarían el encuentro por medio de Poté en el minuto 52, helando a todo el muro amarillo y poniendo las tablas en el marcador.

Las ocasiones venían una detrás de otra. Foto: bvb.de

La sorpresa que ayer el Qarabag daba en el Metropolitano, esta noche la estaba protagonizando el equipo de Nicosia. Yarmolenko entraba al encuentro para aumentar la pegada de un equipo con la pólvora mojada, y para revolucionar, aún más si se podía, El APOEL  a partir del gol quería hacer leña sobre el árbol caído, y tuvo dos acercamientos peligrosos.

Mientras tanto, la avalancha continuaba, pero el resultado no se movía. Los centros laterales se adueñaban del partido, y las llegadas no se contaban con los dedos de las manos. El APOEL se limitaba a defender y perder tiempo, para hacer historia con un resultado como el que se estaba dando. Los aficionados en las gradas no se lo podían creer, como después de 27 tiros su equipo acabaría 1-1.

Decepcionante y lamentable fase de clasificación para un Dortmund que mínimo quería igualar los cuartos del año pasado, y que tendrá que luchar contra el APOEL por la plaza de Europa League, después de no saber lo qué es ganar en la máxima competición continental.

El APOEL sumó un punto. Foto: bvb.de