Los New York Red Bulls volvieron a golear en el Hudson River Derby a unos New York City FC que mostraron una cara completamente desconocida a la de la temporada y que se acercó al del deshonroso 0-7, más que a la de la última victoria. La primera mitad comenzó muy pareja, pero con los dos goles en apenas tres minutos de los locales, el encuentro se decantó pronto de su lado. En los últimos minutos, el marcador quedó levemente modificado a expensas de ver lo que sucedería en los segundos 45 minutos. La segunda parte continuó siendo un monólogo del equipo local, que se beneficiaba de la inoperancia de su rival en todas las zonas del campo. Un par de acciones sirvieron para redondear un marcador que volvía a poner por delante al conjunto de los Red Bulls en los enfrentamientos entre ambos.

Goles, goles y más goles

Como pasó en los anteriores derbis, el conjunto local salió muy intenso, con una presión muy adelantada que impidiera a los visitantes explotar su mejor recurso, que era el elaborar la jugada desde la defensa. En algunas acciones incluso llegaron a realizar un marcaje al hombre a Andrea Pirlo. Pero los ‘citizens’ no se dejaron amedrentar, y con unas transiciones defensa-ataque bastante veloces (uno toque por jugador), logró ir saliendo poco a poco de esta presión inicial.

El partido maduraba y los dos equipos comenzaban a disputarse la posesión del balón. Mucho juego en el centro del campo, aunque poco a poco iban consiguiendo acercarse a las porterías de sus rival. La ocasión más clara de gol cayó del lado visitante, con un balón a la espalda de los defensas, que Villa no consiguió definir con éxito.

Bradley Wright-Phillips anota el primer gol (Imagen: usatoday.com)

Pero en apenas tres minutos, los del Bronx se vieron un resultado en contra. Cerca del minuto 20, Bradley Wright-Phillips consiguió definir de manera magistral una jugada entre Kljestan y él mismo, poniendo el primer gol para los locales en el video marcador. Pero unos minutos más tarde, un saque de esquina de los Red Bulls fue rematado por Zubar de manera colosal, poniendo a su equipo con el partido de cara con el segundo gol.

Estos dos goles dejaron muy tocados a los visitantes, que tardaron varios minutos a volver a entrar en la dinámica del encuentro. La única manera en la que estaban consiguiendo sorprender a su rival, fue con balones a la espalda de los defensa y aprovechar los buenos desmarques de David Villa.

En los minutos finales de la primera mitad, y con el partido totalmente controlado los Red Bulls consiguieron ampliar  su ventaja en el marcador, gracias a un penal que transformó Kljestan, después de una mano de Allen dentro del área.

McNamara recortó distancias con un golazo (Imagen: thescore.com)

Aunque los primeros minutos no se acabaron ahí, y a dos minutos del final, McNamara sorprendió a Robles con un disparo lejano que se introdujo por la escuadra para recortar distancias en el marcador antes del descanso.

Pudo ser más

Gran comienzo de segunda mitad en donde un centro de Grella fue acercándose poco a poco a la portería de los visitantes, hasta que el balón golpeó en el larguero, haciendo que un lamento se escuchara en las gradas locales.

Tras esta acción inicial, el partido volvió  a la tónica habitual de los New York Red Bull llevando el peso del mismo, con unos ‘citizens’ que se encontraban completamente fuera, muy perdidos. Pero cerca de la hora de partido, una jugada aislada a punto estuvo de convertirse en el segundo gol de los visitantes. McNamara volvió a perfilarse desde larga distancia y soltó un zapatazo que hizo que el balón esta vez, se estrellara contra la escuadra.

Kljestan volvió a guíar el ataque de su equipo (Imagen: usatoday.com)

Poco a poco los ‘citizens’ estaban encontrándose mejor y estaban consiguiendo salir de campo propio, llegando a poner en peligro la meta de su rival. Pero en una acción al contraataque de los ‘taurinos’ en la que cogieron adelantada a toda la defensa rival, Wright-Phillips anotó su segundo gol de la tarde tras deshacerse del portero y dos defensas.

El Red Bulls estaba completamente desatado, se estaba convirtiendo en una apisonadora, que hizo recordar al equipo del primer enfrentamiento entre ambos. Escasos minutos después del gol, Mena tuvo que sacar un balón en la misma raya de gol que hubiese sido un tanto muy doloroso para su equipo.