Portugal buscará, en su cuarta participación en un Mundial de fútbol sala, lavar su imagen tras el mal torneo que realizó hace ya cuatro años en Brasil, cuando no fue capaz de superar la primera fase, en un grupo en el que quedó encuadrado con Paraguay, Italia, Tailandia y Estados Unidos. Antes, en Guatemala’2000, los portugueses finalizaron terceros, en lo que era su debut en el evento, tras vencer en la final de consolación a Rusia por 2-4. En China-Taipei 2004, Portugal cayó en la segunda fase del torneo al ser superado por España e Italia, que resultaron ser los finalistas de aquel Mundial.

Para esta nueva edición mundialista, Jorge Braz ha convocado a André Sousa (Clube Operário C.); Arnaldo (FK Nikars Riga); Ricardinho (Nagoya Oceans); Cardinal (Rio Ave FC); Bebé, Gonçalo Alves, Marinho y Joel Queirós (SL Benfica) y Djô, João Benedito, João Matos, Leitão, Paulinho y Pedro Cary (Sporting Club Portugal).

Portugal ha quedado encuadrado en el Grupo C del Mundial de Tailandia, en el que también están Brasil, Libia y Japón. La selección lusa se concentrará en el Centro de Estágios de Rio Maior el próximo miércoles 17 de octubre y disputará dos encuentros amistosos ante Georgia. El primero será el 24 de octubre en Caldas da Rainha. El segundo, al día siguiente, en Rio Maior. Tras estos dos choques, Portugal partirá hacia Nakon Ratchasima, lugar en donde disputarán los tres partidos de la primera fase.

Precisamente, Jorge Braz, técnico luso, analizó el grupo en el que ha quedado encuadrada su selección. “Es un grupo difícil, queremos pasar pero tenemos que centrarnos en los tres partidos para tratar de marcar el camino a la siguiente fase”, aseguró el técnico, que añadió que “Brasil no necesita presentación, es el campeón del mundo; el campeón de Asia es Japón y Libia ha evolucionado mucho. Estos dos últimos son combinados cada día más organizados y competentes ya que se nota la formación de sus técnicos, ambos españoles”.