Recién empezada la segunda vuelta, todos los equipos de la Segunda División ya tenían claro que el rival a batir era el Plásticos Romero Cartagena. Con los filiales siendo irrelevantes a efectos clasificatorios, el equipo que había demostrado más consistencia había sido el de la trimilenaria. Ocupaban momentáneamente la posición de privilegio para subir a Primera merced a sus 31 puntos, pero los que venían por debajo apretaban para alcanzarles.

El mes de enero había comenzado con una eficaz victoria en casa ante Cidade de Narón, pero, resultados aparte, todo eran problemas. Enrique se había lesionado de los ligamentos en el último entrenamiento previo al choque ante los gallegos, y Dani Blanco tenía unas molestias en el pubis que le impedían ayudar a sus compañeros sobre la pista. Rubén Zamora ya llevaba dos meses apartado de las canchas por sus problemas de espalda, y todavía era pronto para forzar su vuelta. Por si todo ello no fuera suficiente, Sergio Rivero también cayó lesionado justo antes de coger el bus hacia Madrid para posteriormente volar hacia las Islas.

Los más inmediatos perseguidores, Valdepeñas y Hércules, se habían impuesto por la mínima y sufriendo lo indecible en sus duelos del sábado ante Puertollano y Lugo, respectivamente. Amanecía el domingo en Las Palmas de Gran Canaria, y a Cartagena solo le valía ganar para seguir teniendo un leve respiro en su puesto de ascenso directo. Jugadores y cuerpo técnico hicieron piña antes de salir a la pista del Centro Insular de Deportes. En la semana previa al partido, Enrique escribió una carta de ánimo a sus compañeros que fue leída por Roberto Sánchez en los momentos previos y que supuso una enorme inyección de moral. Todo preparado y el encuentro arrancó.

Una jugada de estrategia adelantaba a los de Suso Méndez bien entrada la primera mitad. Defenderían esa ventaja hasta el minuto 27, cuando una magnífica combinación entre los cuatro jugadores sobre la pista en ese momento (Javi Matía, Fran, Jesús y Rahali, aparte del portero Raúl) la culminó el marroquí al segundo palo para equilibrar el marcador. Apenas instantes después, el propio Rahali montó un contragolpe que remató el capitán directo a la escuadra engañando al meta rival, que esperaba un pase al palo largo. Los visitantes tomaban distancia, pero un despiste en un córner les costó que los canarios volvieran a poner el empate en el electrónico. No obstante, la alegría les duraría poco, puesto que Fran remató ajustado arriba una buena jugada personal de Rahali y puso el definitivo 2-3.

Cuando los colegiados señalaron el final, Juan Carlos Guillamón y Roberto Sánchez se fundieron en un eufórico abrazo. Eran tres puntos fundamentales que viajaban a Cartagena. “En Canarias fue cuando todos dijimos que podíamos ascender directos. Fue un punto de inflexión”, asegura Raúl una vez que el ascenso es una realidad. El arquero mostró algunas molestias en la rodilla durante el choque, pero ello no le impidió ser desviar todas las oportunidades locales con el juego de cinco.

Así fueron los goles del choque:

Así fue la semana del encuentro frente al Gran Canaria FS:

Domingos benditos

Sergio Rivero se suma a la enfermería cartagenera

Guillamón, en rueda de prensa antes del partido: "Ganar sería dar un martillazo muy fuerte"

Previa: pulso clave con destino abrir brecha

Guillamón, en rueda de prensa después del partido: "El equipo ha sabido crecerse"