20º aniversario de la Recopa: el gol de Nayim

Nayim pasó a la historia del zaragocismo por ese gol imposible desde el centro del campo del Parque de los Príncipes que otorgó al conjunto aragonés la Recopa de Europa. El próximo domingo 10 de mayo se cumplen dos décadas de dicha hazaña. En VAVEL lo recordamos y homenajeamos siguiendo este especial de reportajes que comenzó el miércoles y acabará el mismo domingo.

20º aniversario de la Recopa: el gol de Nayim
marianolopezbolea
Por Mariano López Bolea

Hay goles y goles. Con el pie bueno, de chiripa, de cabeza, de tacón, en propia puerta, bajo los palos, con la pierna mala, desde fuera del área, a balón parado, con el portero ya batido, regateando al guardameta, por la escuadra, por el centro, con el balón pegadito al palo, golazos imparables, provocados por la cantada del cancerbero…. Y podemos seguir enumerando los diferentes tipos de tantos existentes. Pero solo unos cuantos goles han pasado a la retina del aficionado, guardando el recuerdo en su memoria como si de un tesoro se tratara.

Y la noche del 10 de mayo de 1995, bajo aquella noche estrellada de París, los aficionados al fútbol de todo el planeta fueron testigos del que quizá haya sido el tanto más impresionante de las competiciones europeas. Un delirio de locura pasó fugazmente por el cerebro de un tal Nayim, que aquella noche vestía de blanco y azul. Se atrevió a ejecutar un disparate que había pasado momentáneamente entre sus neuronas. Después del intenso envite, llegaba el fin de la prórroga. Tras los tantos de Esnáider y Harson, los protagonistas de la final ya estaban asimilando que el título se resolvería desde la pena máxima. Todos, excepto él. El balón votó justo delante suyo. Estaba en el centro del campo, pero vio a Seaman muy confiado y adelantado. Era extremadamente difícil, pero había que intentarlo. Cargó la pierna y…..

Mohammed Alí Amar, “Nayim”

Era 5 de noviembre de 1966. El Real Zaragoza disfrutaba, de lo que parecían, los mejores años de la historia del conjunto aragonés. Los Magníficos, con su estilo de juego ofensivo y alegre, hacían disfrutar a los seguidores que se citaban cada dos semanas en las gradas de la Romareda, además de conquistar los primeros títulos del club. La afición zaragocista no tenía la menor idea de la explosión de alegría que iba a experimentar años después debido al nacimiento de un ceutí ese mismo día, al que sus padres llamaron Mohammed.

Nayim, como fue conocido posteriormente, empezó a jugar al deporte rey en su Ceuta natal. Su gran técnica y clase que desprendía con la pelota en sus pies, le llevaron a formar parte de La Masía, una de las mejores canteras futbolísticas del mundo. Entre la temporada 1984/1985 y la 1987/1988 demostró su calidad en el Barça Atlétic, llegando también a disputar varios encuentros con el primer equipo azulgrana. Incluso jugó con la Selección Española Sub-21.

Pero Terry Venables, que le dio la oportunidad de debutar en Primera División con el conjunto catalán, lo reclamó para el proyecto que el técnico inglés quería dirigir al frente del Tottenham. Permaneció cinco temporadas en el equipo londinense, convirtiéndose en el primer español que debutó en la Premier League. En la capital inglesa, impregnó de una gran plasticidad el centro del campo de los Spurs. Y no se fue de allí con los bolsillos vacíos: ganó una FA CUP junto a jugadores como Gary Lineker, Paul Gascoigne y Chris Waddle.

Aún no había anotado ni un solo gol en toda la temporada. Lo hizo en el momento más oportuno A finales del curso 1992/1993, llegó cedido al Real Zaragoza. Enseguida, Alfonso Soláns se dio cuenta de su calidad y lo fichó en propiedad. Se convirtió en una pieza fundamental en el centro del campo zaragocista tras una dura competencia con José Aurelio Gay por ocupar un puesto en el once inicial, ya que en muchas ocasiones, Víctor Fernández prefirió antes al madrileño que al ceutí.

La verdad es que no era muy goleador. Solo marcó siete goles en las cinco campañas que defendió el escudo del león rampante. Es más, en la campaña 1994/1995, a pesar de haberse hecho con la titularidad indiscutible, no había anotado ni un solo tanto. Pero se guardó ese privilegio para el momento más oportuno.

La locura invade París

“¡Pero a dónde va! ¡Está loco!” pensaron al instante todas las mentes cautas que se encontraban siguiendo el histórico encuentro. El temor de Seaman iba aumentando de manera proporcional a medida que el esférico caía progresivamente del cielo en busca de los tres palos. Descendía, descendía y descendía….. “¡Qué va a puerta!”, debieron exclamar todos aquellos que pensaban que ese disparo se iba a Cuenca.

Y…. la locura invadió el Parque de los Príncipes. Las lágrimas salieron a raudales de los ojos de todos los zaragocistas. Ojos que, por otra parte, tuvieron que ser frotados en varias ocasiones para comprobar que lo que estaban viviendo no era un sueño: Nayim acababa de marcar el gol más impresionante jamás visto en las competiciones europeas. Nayim acababa de anotar el tanto de la victoria zaragocista con el marcador del estadio parisino llegando a los 120 minutos de partido. Nayim, con su locura más sensata que jamás se le podría haber ocurrido, acababa de hacer campeón de la Recopa de Europa al Real Zaragoza.