El Real Oviedo logra una importante gesta en Anduva tras darle la vuelta al marcador. Los azules suman tres puntos que les colocan terceros y aposenta en la zona alta de la tabla. El olfato goleador de Toché da un giro inesperado a un encuentro que el conjunto local tenía controlado.

Los de Egea se enfrentaban a un Mirandés muy solvente en casa, con tan solo un antecedente de una derrota en su feudo ante el Nástic en lo que va de temporada. Un Mirandés caracterizado por su mordiente, verticalidad y buen posicionamiento defensivo. Y así empezó el encuentro, tal y como nos lo podíamos esperar en el fortín de Anduva.

El Mirandés salió enfilado a por los tres puntos haciendo gala de potencia física y garra. Desde el comienzo marcó el ritmo del encuentro y desplegó su juego sin reparos. Ya en los primeros instantes del partido los rojillos crearon peligro. Se acariciaba el minuto 1 cuando Néstor Salinas daba el primer aviso a Esteban pudiendo abrir la lata con un lanzamiento lejano.

El tándem Néstor Salinas-Sangallí generaba peligro a raudales en la meta oviedista bien defendida por un Esteban cumplidor. Pero, en el minuto 22 el Mirandés encontraba el justo premio a su esfuerzo materializando el primer gol de la tarde. Álex Ortiz aprovechaba un córner para ganarle en altura la posición a Peña y batir a Esteban de un testarazo ajustado al larguero. Recompensa más que merecida para los burgaleses, dueños y señores del partido durante la primera mitad.

Tras el gol, llegó una chispa azul, que al final se quedó solo en eso, en una chispa que ni ilumina, ni da calor. Pues Toché no acertaba a rematar un centro de Aguirre tras una rápida inclusión del toledano por banda izquierda. El planteamiento del Oviedo no funcionaba y los azules se desdibujaban por momentos ante un sólido Mirandés. Y así, con un Mirandés agresivo tanto defensiva como ofensivamente, bien posicionado en el terreno de juego y aprovechando los espacios que dejaba el Oviedo se consumían los primeros 45 minutos de juego.

A la reanudación, más de lo mismo, el Mirandés seguía cómodo e incisivo mientras que los azules no conseguían generar peligro ni llegar a la meta burgalesa. Pero un cambio acertado de Egea, entró Font por Aguirre pasando Vila a ocupar el hueco de este en el centro de la defensa, y la sangre goleadora de Toché le dieron la vuelta a un partido que parecía visto para sentencia.

En el minuto 64, Toché lograba el empate para los azules entrando una vez más con todo tras una falta botada por Néstor Susaeta. El Oviedo se aprovechaba una vez más de una jugada a balón parado. En este caso, la chispa sí que dio luz.

Tras el “tochetazo” el Oviedo  se reinventó así mismo empezando a confiar en la remontada, algo que parecía impensable tan solo unos instantes atrás. 4 minutos bastaron para que el delantero murciano volviera a hacer de las suyas. En este caso, Toché anotaba con un disparo cruzado tras recibir un preciso pase de Koné firmando así el definitivo 1-2 en el marcador. Un Oviedo entregado, aprovechaba el desgaste físico y moral de su rival para entrar más por las bandas, pudiendo incluso aumentar su renta en el marcador.

El Real Oviedo logró así su primera victoria en la historia frente al Mirandés. Demasiado castigo para los de Carlos Terrazas, que a pesar de hacerlo casi todo bien, se quedaron sin recompensa. Con esta victoria el Oviedo se coloca tercero a tan solo dos puntos del ascenso directo a Primera División.