Jornada 13 de la Primera División y primer enfrentamiento entre Sporting y Celta. Balaídos sería el escenario de un encuentro con los locales como claros favoritos. Los de Berizzo llegaban con 21 puntos, en el quinto puesto y desplegando un gran juego en el arranque liguero. Por otro lado,el Sporting llegaba en el puesto número 15, con 12 puntos conseguidos. Las dudas comenzaban a rodear a Abelardo y los suyos, tras caer estrepitosamente por 0-3 ante el Levante

Abelardo sacó uno de sus onces más habituales, a excepción de la baja por lesión de Sergio Álvarez. Nacho Cases y Mascarell formaban el doble pivote, con Ndi por delante, Jony y Halilovic en las bandas y Tony Sanabria en la punta de ataque. El partido comenzaba con un dominio claro por parte del Celta, que era dueño del juego y de la posesión. En la primera jugada clara de peligro del partido, Nolito enviaba un buen balón a Bongonda,que picaba el esférico por encima de Cuellar y dejaba el gol en bandeja para Orellana, que ponía el 1-0 en el marcador. A pesar de este duro golpe, el Sporting recobró vida y a punto estuvo de empatar, con un gol en fuera de juego de Isma López. Pasaban los minutos y el Celta no dominaba con claridad el partido, aunque si tenía controlado al equipo gijonés. Guidetti y Bongonda tan solo intimidaban a Cuellar con alguna ocasión aisalada. Con esta tónica llegaba el descanso.

Tras la reanudación, los visitantes salieron más vivos y consiguieron llegar con algo de claridad al área de Sergio Álvarez. Halilovic, demasiado intermitente, dirigía los ataques rojiblancos y Carlos Castro fue quien materializó estas ocasiones, con una gran tranquilidad al encontrarse solo ante el meta, que había errado un saque de puerta. El nervisosimo se apoderó de Balaídos y tan solo la entrada de Iago Aspas en el terreno puso algo de tranquilidad y buen juego. Cuando el empate parecía inminente, Cuellar llegaba para despejar un balón fuera del área que rebotaba en Nolito con la fortuna de irse hacia la portería. El Celta se llevaba los tres puntos en un partido con poco juego, gracias a la fortuna de su delatero estrella, el cual tuvo un gesto de reproche hacia la grada tras su gol.