Corría el 2005, un año que será recordado por la Guerra de Irak y el tsunami que azotó el sudeste asiático; para la ciencia, porque unos científicos españoles describen, por primera vez, la estructura del virus de la viruela; para la economía española, por un crecimiento del 3,4%; para el fútbol, por la consecución de la liga por parte del Barcelona, que llevaba cinco años sin levantar el título y, además, el Villarreal y el Real Betis, consiguieron su primera clasificación para la Liga de Campeones.

Pero para Gran Canaria, y más concretamente para los seguidores de la UD Las Palmas, será el año de la esperanza, de volver a creer en que el ave fénix amarillo volverá a ondear en lo más alto de los campos españoles. Pero antes que todo esto, se tuvo que pasar por lo peor, tras el desembolso en la Primera División, la SAD sufre una intervención judicial a causa de la maltrecha economía, por lo que entra en Concurso de Acreedoresinédito en España sobre un club de fútbol.

Nos trasladamos hasta marzo, un equipo desolado, sin alma en el campo se encuentra en situación de crisis… será proclamado un joven empresario canario como el nuevo presidente de la UD Las Palmas, después de ser el Administrador Único de la Concursal, su nombre es Miguel Ángel Ramírez. Cuando “nadie daba un duro por ella” se consigue salvar de la quema, gracias también a la aportación del pueblo canario, que se abonó esos años para ver a su equipo y ayudarlo económicamente, consiguiendo al año siguiente la vuelta a la liga de fútbol profesional, en este caso a la 2ºA

Tras unos años de sucesivas permanencias en dicha liga, y de ir saldando deudas, el Consejo de Administración se plantea intentar luchar por el ascenso a la Liga de las estrellas, en la temporada 2012/2013. Después de intentarlo en el primer playoff de ascenso a Primera, se intentó profesionalizar al club de la mano de un director deportivo codiciado en el fútbol español Nico Rodríguez, tras él llegaron Araujo, Ortuño… pero también fue el año del 22J, que ya todos conocemos y que se aseguró que fue por un problema de efectivos de seguridad en el estadio.

Lo positivo de ese año fue el sentimiento de unión entre la afición amarilla, que lo mantuvo la UD Las Palmas con los precios de los abonos, algo que supuso un repunte en los espectadores que acudían al Estadio de Gran Canaria, el cual se estaba reformando; año del ascenso, la simbiosis afición-equipo era total, la Unión Deportiva Las Palmas volvía a su lugar, de donde nunca tuvo que salir.

A partir de aquí empezaban las decisiones controvertidas, la política de precios de los abonos subía de manera incomprensible, se nombraban cargos con pasado político, véase Larry Álvarez, que mucha gente todavía se pregunta su función exacta o Milagros Luis Brito, directora de los eSports que no es que sea una arraigada en la tradición virtual canaria.  Además, si esto fuera poco, sale a la luz la no renovación de Setién, por los medios oficiales del club, debido a que no se le respalda lo suficiente en la toma de decisiones, argumentando M.A.R que los entrenadores vienen y van y no tienen porque inmiscuirse en la dirección deportiva. Fichajes y adelantamientos de ellos que la afición no comprendía, renovaciones al alza cuando ya están en el ocaso de su carrera, sobreprotección de los jugadores cuando se inmiscuyen en fiestas, discusiones con su propio entrenador… hasta este punto la afición se ve agotada del empresario canario.

En el 2017 ya es latente esta pequeña fractura entre la afición y la directiva, por hacer unos irrisorios descuentos en los abonos con requisitos que no están al alcance de todos, algo que los canarios esperaban con anhelo para poder ver a su “equipillo”. El que se espera que sea el último capítulo llegaba este domingo, en pleno proceso de referéndum ilegal, según el Estado español, en Cataluña, y con la UD Las Palmas como mero espectador, solo teniendo que ir a jugar un partido a dicha comunidad autónoma, se adentra en el proceso de tal manera que sale a jugar al Camp Nou con la bandera española bordada en la camiseta, algo que terminó de cansar a la afición, encima el Cabildo de Gran Canaria salía a decir en Twitter: “Cabildo GC enterado por prensa decisión UD Las Palmas bandera española en camiseta. Nunca fue consultado. Analizará incumplimiento convenio”. No había razón de hacerlo. El equipo se metió en una guerra que no iba con ellos, con la equipación como siempre y la bandera canaria en la camiseta era suficiente, y no quiere decir nada, era exponer a la opinión pública a unos jugadores y unos aficionados desplazados que no tienen culpa de lo que está sucediendo.

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