El partido de vuelta de dieciseisavos de final de la Copa del Rey que disputarán Málaga y Numancia en La Rosaleda medirá la capacidad de los visitantes para poner en aprietos una vez más a un equipo de Primera División.

Los numantinos vienen en horas bajas, después de dos derrotas ante Oviedo y Gimnástic, pero eso no emborrona el buen trabajo que están haciendo en la categoría de plata, empatados a puntos con los equipos que ocupan posición de play-off de ascenso y a tan solo 4 puntos de Huesca y Lugo, que comandan la clasificación.

7 victorias, 4 empates y 5 derrotas es el balance con el que los sorianos se plantan en Málaga dispuestos a hacérselo pasar mal otro día más al conjunto que dirige Míchel. Ya en la ida demostraron que son un conjunto ordenado que no pierde la cabeza aunque se vea por detrás en el marcador, algo que es probable que ocurra en el duelo de hoy, puesto que el Málaga es quien necesita los goles para pasar a octavos.

Entre los principales peligros que la defensa malaguista deberá repeler se encuentran Manu del Moral y Pere Milla. Manu es todo un clásico del fútbol español. El ex de Getafe y Sevilla llegó a debutar con la selección en 2011 de la mano de Vicente del Bosque. Por su parte, Pere Milla se ha destapado como la referencia en ataque de los sorianos. El Numancia ha encontrado en él el carácter y el gol que todo delantero necesita para triunfar. Ambos acumulan 4 goles en lo que llevamos de Liga 123.

Sin embargo, no se sabe aún si Jagoba Arrasate apostará (como ya hiciera en la ida) por un once algo alternativo, o si se lanzará a por el partido con su alineación más habitual, la que viene haciendo las cosas muy bien a lo largo de la temporada en Segunda.

En definitiva, si el Málaga quiere plantarse en los octavos de final de Copa, deberá no solo poner las ganas para ello (quizás sigan pensando un poco más en la Liga), sino también aunar el talento para ganar a un conjunto tan rocoso y bien trabajado como este Numancia, uno de los grandes candidatos al ascenso.