Ñoño no tira la toalla

La Unión Deportiva Logroñés salvó en la tarde del sábado su primera final de las ocho que le restaban en su carrera por disputar la fase de ascenso a Segunda División dentro de dos meses. El cuadro blanquirrojo volvió a la senda de la victoria dos semanas después gracias a dos destellos de Ñoño, uno en cada periodo, que bastaron para doblegar a un débil Real Unión.

Únicamente había una opción: ganar. Y se ganó. El juego y las sensaciones ya han pasado a un segundo plano a estas alturas de la temporada y poco importa salvo sumar de tres en tres. Quizá por ello se vio uno de los peores partidos de la temporada en Las Gaunas. La presión y el run rún del Municipal agobiaron a una gris 'UDL' que llegaba con muchas bajas y que supo solventar la papeleta. 

Sergio Rodríguez pareció haber aprendido de lo sucedido en Zubieta. EL técnico esta vez ordenó al equipo mucha más presencia arriba y pronto se notó. Ñoño y Espina tuvieron buenas oportunidades para inaugurar el marcador en los primeros viente minutos, sin acierto. Marcos André, además, volvía loca a la defensa irundarra derrochando velocidad y calidad a partes iguales.

Se estiraban mientras tanto los hombres de José Luis Ribera, que encontraron huecos por la banda de Sotillos. Urkizu centraba y El Haddadi remataba abajo para que Miguel parara. Instantes después Llamas tuvo una ocasión en el área pequeña que pudo ser el 0-1. Pero lo que llegó inmediatamente después fue el 1-0. En un saque larguísimo del guardameta riojano que pelea Pablo Espina, es Ñoño quien recoge el esférico, lo deja botar y empala desde fuera del área con pierna derecha. Directo a la red. Un tanto que probablemente no justificaba hasta el momento lo visto sobre el césped pero que liberó mucho al cuadro blanquirrojo antes del descanso. Con Muneta llevando la batuta tras dos jornadas sin jugar los de Sergio Rodríguez acapararon la posesión como es habitual, pero sin la brillantez de otros días. 

Doblete de Ñoño, que ya suma once

El paso por vestuarios no hizo que el guión del partido variara en exceso. El Real Unión, probablemente condicionado por la tranquilidad de quien se ve virtualmente salvado, tampoco parecía tener interés en llevar el partido una marcha más allá. El cuadro vasco se limitaba a defender con cinco y buscar rápidamente a sus hombres atacantes, sin demasiado fortuna. Entonces volvió a aparecer Ñoño. El extremo andaluz volvió a protagonizar una de sus clásicas conducciones diagonales y tras recortar hacia adentro buscó el palo largo de Otaño. El balón esquivó el bosque de piernas que había en el área y cayó al fondo de la red. 

Antes de ello ambos técnicos ya habían movido el banquillo para intentar dinamizar el partido. Espina dejó su sitio a Rubén Martínez y en el Unión entraron Juan Dominguez y Mikel Alonso -hermano de Xabi- para buscar algo más de posesión. De esta forma el cuadro guipuzcoano ganó algo de presencia en campo rival y empezó a entrar por banda con peligro. Fueron varios los centros laterales que lanzaron en el tramo final de partido y casi todos ellos chocaron con un gran Caneda. Sotillos pudo hacer el 3-0 en una galopada personal desde su propio campo tras un córner en contra, pero el joven lateral erró en el momento de chutar con pierna izquierda.

Próxima jornada

Poco importaba ya, pues todo estaba más que decidido desde hacía rato. Sergio Rodríguez, consciente de ello, hizo "redebutar" por fin a Titi en Las Gaunas, algo que el público agradeció con una gran ovación. Una final menos. Quedan siete. Y la 'UDL' no puede fallar más. La próxima, el jueves, en Gobela.