Salió todo a pedir de boca en O Vao donde, tras unos meses de vaivenes en cuanto a resultados, los vigueses ven de otra manera la permanencia otro año más en la categoría de bronce del fútbol español.

Partido duro y victoria local

Con la novedad de Pitu Doncel en el once inicial, los vigueses afrontaban un encuentro en el que el primer gol lo anotó la afición tras acudir a la llamada del club. Ante los verdes, un Unión Adarve que salvo contratiempo de última hora y amparándose en la fortaleza como local, previsiblemente mantendrá la categoría.

El comienzo no varió el guión habitual de los gallegos que, con el agravante de la necesidad, monopolizó la posesión del cuero. Los madrileños mostrando una fortaleza física y un rigor táctico siendo las transiciones ataque-defensa su gran arma en Vigo.

Higón (en plena forma este tramo final de temporada) aportaba la pegada desde el costado. Sus intervenciones eran sinónimo de peligro y sus remates ponían en más de un apuro al meta visitante. Así, de menos a más, los del barrio del Pilar empezaban a crecer y a tener más presencia en el juego con alguna acometida sobre el marco de Alberto Domínguez.

Los rojinegros imponían su ritmo y a la salida de vestuarios llegaba la expulsión a Alberto Campillo. Se ponía todo en contra para los verdes que necesitaban remar. Con uno menos lo madrileños afianzaron su fútbol pero el Coruxo no renunció a atacar y, en la medida de lo posible se aproximaba. Todo cambió, un penalty hizo que Antón de Vicente a los 68 minutos batiera a De las Heras.

Con todo a favor el conjunto de Sáez tuvo que defenderse ante las acometidas rivales para lograr sumar unos tres puntos necesarios para ver de otra manera la salvación.