"El lobo es la fuerza de la manada, y la fuerza del lobo reside en la manada". Una frase de Rudyard Kipling, en su poema La ley de la Jungla, que en el caso del Unión Adarve es algo más que una simple frase o un eslogan. El club, fundado en 1992 con un lobo como escudo, cumple 25 años disputando su primera temporada en el fútbol de bronce nacional. En el equipo rojinegro se han puesto manos a la obra para conseguir una permanencia en Segunda B que parecía muy complicada al inicio de la temporada ante los potentes rivales y la falta de fichajes de relumbrón... aparentemente.

A falta de esas incorporaciones rutilantes, la principal fortaleza de 'La Manada'  de los hombres dirigidos por Víctor Cea está residiendo en este inicio de temporada en su unión y buen funcionamiento como grupo. Un grupo lleno de futbolistas jóvenes con hambre, en el que una pequeña parte de la plantilla está compuesta por jugadores veteranos como Olmedo, More, Richi, Gianni, Iván MateoHéctor, que están aportando al grupo su sapiencia futbolística y su saber hacer para que el resultado hasta la fecha esté cerca del sobresaliente.

La alineación del Unión Adarve en su primer partido como local en Segunda B frente al Atlético de Madrid B. (Foto: Jorge Ropero).
La alineación del Unión Adarve en su primer partido como local en Segunda B frente al Atlético de Madrid B. (Foto: Jorge Ropero).

Uno, por sus números y sus experiencias pasadas en Segunda B con el Rayo Majadahonda y San Sebastián de Los Reyes destaca especialmente. Héctor Gómez Domínguez, a sus 32 años, se ha erigido en el líder del Adarve por derecho propio. La marcha este verano de sus dos máximos goleadores la temporada pasada, Álvaro Sánchez y Agus, parecía dejar huérfano de gol al conjunto del Barrio del Pilar. Pero la aportación del veterano extremo derecho en este tramo inicial de liga junto a la de Fran García ha resultado vital para la buena marcha del Unión Adarve.

Un extremo goleador

En estas 14 jornadas, Héctor suma ya 6 dianas. La última, conseguida frente al Deportivo Fabril tras un arranque goleador fulgurante, con sus dos goles frente al Atlético de Madrid B, y sus tantos frente a Rápido de Bouzas, CD Toledo y Fuenlabrada, que le colocaron en las primeras jornadas como uno de los máximos artilleros de la liga... sin ser delantero centro.

El atacante madrileño se encuentra cerca de igualar su mejor registro goleador en la categoría de bronce sin haber alcanzado la mitad de la liga. El futbolista del Adarve se acerca a la cifra de goles que anotó en la temporada 2011-2012 en el San Sebastián de Los Reyes, donde disputó 31 partidos para sumar nueve tantos. Un hecho que el propio jugador explica así: "He tenido años bastante goleadores con el Sanse. El año pasado, por las lesiones y la falta de continuidad porque no estás habituado a las sensaciones de estar lesionado, no fue el mejor en cuanto al apartado goleador. Empecé ahí en el Sanse por una lesión de Gazapo, nuestro delantero aquel año, empecé a hacer goles, se me dio bien y los entrenadores apostaron por mí como delantero".

"Somos un equipo que pelea mucho, pero que tiene varios registros para afrontar los partidos y que sabe lo que tiene que hacer en cada momento", afirma Héctor

Su aportación ha resultado vital para que el equipo que dirige Víctor Cea se asiente en su debut en la categoría. Más allá de los goles, Héctor aporta carácter dentro del campo. Regate en banda, mucha movilidad en el frente de ataque, juego aéreo, buen asistente, rápido al contraataque, mucho trabajo, pelea constante... son muchas las cosas que el delantero le ofrece al juego de su equipo.

Llegado en el verano de 2015 al club del Barrio del Pilar, ésta es la tercera temporada del madrileño, uno de los héroes del ascenso de la modesta entidad de la capital de España al fútbol de bronce. Tras haber vencido en la ida 2-0, el 24 de junio de 2017 el Adarve escribía una brillante historia en la página del fútbol madrileño más humilde, siendo el séptimo representante de la comunidad en la categoría.

Héctor recuerda aquel día con especial cariño: "Yo he tenido la suerte de vivir ascensos a Segunda B con el Navalcarnero en 2009 y el San Sebastián de Los Reyes en 2011, pero el ascenso con el Adarve fue una locura. Encima el partido de vuelta nos remontaron y hubo una cantidad de sentimientos enorme para ambos equipos. Ellos nos sobrepasaron y nosotros intentamos ensuciar el partido porque era lo único que pudimos hacer en Málaga. Allí eran aviones. Nos hacen el 1-0, empatamos con el penalti que me hicieron a mí y marcó Álvaro Sánchez. Con el empate parecía que teníamos la eliminatoria hecha, pero nos metieron 3. Se nos hundía el mundo cuando lo estábamos tocando con la mano. Luego tuvimos la fortuna del gol que se hace Luis Muñoz en propia puerta en el minuto 93, y de estar fuera pasamos a estar volando".

Héctor anota su primer gol frente al Atlético de Madrid B. (Foto: Jorge Ropero | VAVEL.com).
Héctor anota su primer gol frente al Atlético de Madrid B. (Foto: Jorge Ropero | VAVEL.com).

A nivel personal, el ascenso con el Unión Adarve fue una suerte de liberación personal para Héctor. "Mi salida del Sanse fue muy dura, aunque la gente me guarda mucho cariño allí, y me hicieron un homenaje muy bonito junto a Vázquez (que abandonó el fútbol para comenzar su carrera como entrenador) cuando nos enfrentamos a ellos en Tercera en mi primer año en el Adarve. Todo el mundo sabe que el Sanse es mi casa, y que tener que salir de allí fue para mí algo muy triste y que me afectó mucho personalmente. En cuanto Víctor supo que quedaba libre, me llamó y me prometió que iba a disfrutar del fútbol de nuevo, no que iba a ascender, pero sí que iba a divertirme jugando al fútbol. Víctor me recogió hecho añicos, y con el trabajo diario hemos progresado mucho como grupo, nos hemos profesionalizado mucho, y yo he crecido mucho porque nunca lo había pasado tan mal personalmente en el mundo del fútbol... y el ascenso que hemos conseguido con el Adarve ha sido muy especial para mí. Ha sido una recompensa a todo el trabajo que hicimos durante dos años en Tercera. Para mí, fueron muchísimas sensaciones encontradas. Una descarga de sentimientos. Con el 4-1 en contra pensaba que el fútbol no me podía dejar ahí, rozando el ascenso después de todo lo que he pasado, y con el gol en el descuento nos volvimos locos. Yo corrí a una valla cerca de donde estaban mis padres, me subí a ella, grité mientras un policia intentaba que no me subiera a la valla... pero es que fue todo muy especial".

Un grupo particular

El Adarve mantiene peculiaridades en su forma de trabajar. Una de ellas, trabajar por las mañanas siendo el equipo con menor presupuesto de la categoría, y con poca experiencia en el fútbol de bronce (apenas Iván Mateo y el propio Héctor habían jugado en la categoría antes de esta temporada). "La mayoría son chavales jóvenes. Pero hay muchísima gente en esta plantilla que no ha tenido la oportunidad de jugar en Segunda B por diversos motivos, pero que tiene la calidad para jugar en esta categoría porque tiene condiciones para jugar y competir contra los rivales a los que nos enfrentamos".

"Lo pasé muy mal cuando salí del Sanse. Víctor me llamó en cuanto lo supo y me prometió que volvería a disfrutar del fútbol", afirma el delantero. "La gente que llega al Adarve sabe a lo que viene. No somos un club con mucho dinero, con muchas posibilidades económicas, pero somos un club que trabaja muy bien, que paga lo que promete. La gente no viene aquí por dinero, viene porque sabe con lo que va a encontrarse y con que el trabajo va a ser bueno y le va a hacer crecer futbolísticamente", reconoce el propio delantero.

La mentalidad de Víctor Cea y su forma de trabajar han ayudado mucho a la progresión deportiva del Unión Adarve. Un equipo difícil de descubrir y catalogar, porque trabaja analizando al rival y como explotar las debilidades del contrario. "A Víctor le gusta mucho analizar al rival, pensar donde están sus debilidades, sus fortalezas, donde nos va a hacer daño al rival y donde le podemos hacer daño. Esto nos hace fuertes. Tenemos diferentes maneras de jugar, pueden participar compañeros que no vienen participando mucho según lo que nos pida el partido. Nosotros nos volvemos locos con los cambios de posición que hace, pero el trabajo que se hace es bueno porque sabemos en cada momento del partido lo que tenemos que hacer. Tenemos estudiado cada centímetro del rival, sabemos qué hacer cada minuto... a los rivales se les hace muy complicado jugar contra nosotros por nuestra forma de jugar y de entrenar. Evidentemente, el Adarve tiene fama de fútbol guerrero por sus años en Ganapanes, y nosotros estamos en ese espíritu de ser guerreros siempre. A ese fútbol no nos puede ganar nadie, pero hacer una salida de balón como la que hicimos contra un equipo como el Fabril es porque la tenemos estudiada... creo que hicimos dos cambios de orientación, varios movimientos para conseguir progresar... y luego Iván hace la jugada que hace porque es muy bueno".

"Después de todo el trabajo realizado, no me creía que el fútbol fuera a dejarme sin este ascenso. Cuando marcamos el segundo gol en Málaga tuve una explosión de sentimientos encontrados", se sincera el futbolista"Víctor se vuelve loco viendo los videos de los rivales cuando los analiza con nosotros. Alucina con la calidad de los rivales a los que nos enfrentamos, pero estamos demostrando que haciendo las cosas bien, teniendo las cosas claras y estando preparados mentalmente para los cambios que vamos haciendo todas las semanas podemos competir, y estamos compitiendo muy bien en la categoría", afirma el delantero.

A pesar de llevar seis goles y de lo bien que ha arrancado la temporada, tanto Héctor como el resto del Adarve tienen muy claro que el objetivo principal es la permanencia. Ninguno de los puntas, ni Fran García, ni Adrián Wojcik, ni Jacobo Alcaide ni el propio Héctor Gómez están notando la presión de tener que suplir la enorme cantidad de goles que hizo Álvaro Sánchez en el Adarve la temporada pasada (este año en el Atlético Baleares)."Tenemos claro que queríamos competir y disfrutar la categoría, y que no veníamos de paseo. Víctor está contento, porque cada semana se tiene que romper la cabeza por decidir entre los 25 a quién pone a jugar. Somos gente que juega bien, que sabe competir, y que quiere seguir progresando", concluye el madrileño.