Después del empate conseguido ante el Celta, el Málaga tiene a seis puntos al Deportivo, a siete a Las Palmas, y a trece los puestos de salvación, que actualmente marca el Levante. Tan solo quedan nueve encuentros esta temporada, por la cual cosa los malaguistas deberán ganar como mínimo cinco partidos más que el conjunto granota.

Ahora mismo ya no dependen de ellos mismos, y parece ser más una fábula que una realidad, pero está claro que no pueden rendirse, y ante el Villarreal tienen la oportunidad de darle una pequeña alegría a la afición boquerona.

El 4-4-2 de José González

El técnico que llegó en enero tras la destitución de Míchel tuvo claro el sistema de juego que quería implementar en el Málaga. “Mi intención es ir con la última línea del equipo. Plantearemos un 4-4-2 con un estilo diferente”, así de contundente se mostró el técnico en su primera rueda de prensa. Le gusta trabajar por líneas diferenciando la labor de defensas y atacantes. José quiere que sus jugadores tengan muy claros sus conceptos y lo que quiere en todo momento de cada uno de ellos.

Con Roberto en la portería, forman normalmente la defensa Diego González en la banda izquierda, Rosales en la derecha, e Ignasi Miquel y Luis Hernandez como pareja de centrales. Es una defensa que ha encajado 45 tantos, bastantes menos que sus competidores directos, haciendo unos números de media tabla.

En el centro del campo encontramos una línea de cuatro, normalmente con Iturra y Lacen en el doble pivote, y Chory y Success por las bandas ayudando ofensivamente. Arriba Rolan y En-Nesyri son la pareja de delanteros menos goleadora del campeonato con cinco goles, por lo que se convierte en el punto más débil de este Málaga que solo ha marcado 16 tantos en total.

El equipo se desorganiza cuando es movido de banda a banda. Las dudas que se crean arriba alcanzan también a su parte defensiva. Los momentos de presión inadecuados, combinados con las malas interpretaciones de posición crean grandes pasillos por el interior. Por lo que el gaditano trata de sacar provecho al fútbol directo, al balón parado y a las segundas jugadas.

El libro de estilo de José es muy diferente al de Míchel, por lo que el Villarreal se encontrará con un equipo diferente tácticamente pero con muchos de los problemas que ya acarreaban en la primera vuelta.

Problemas con el gol

El Málaga es, de largo, el equipo menos goleador de esta Liga. Suma tan sólo 16 goles a favor en estos 29 partidos (0,55 goles por encuentro) y es un equipo muy plano en ataque. Con únicamente siete regates por partido, el conjunto andaluz no desequilibra. Y aunque como local es más probable que suban la media, tienen muchas dificultades para generar en el último tercio de campo. Además, la dinámica de resultados es realmente negativa.

Uno de los pocos peligros del Málaga viene precisamente del balón parado. Seis de sus 16 goles provienen de ahí, lo que corresponde a un 37,5% de los que ha materializado. El balón parado es una de las claves para entender el juego de José. Más aún en una situación como la que atraviesa el Málaga, hundido en la clasificación.

Rosales y Chory Castro, puñales por las bandas

Aunque está por debajo del alto rendimiento que ofreció durante la temporada pasada, la solvencia del venezolano Roberto Rosales en el lateral derecho es de lo mejor de este equipo. Tiene mucha proyección ofensiva y es rápido para sorprender. Elige bien cuando sube al ataque sin dejar abandonadas sus tareas defensivas, y en el ámbito de pases es certero. Prueba de ello es que se trata del futbolista que más pases da en campo contrario y el que más centros realiza del Málaga.

Otro jugador a tener en cuenta es el Chory Castro. Ubicado en la banda izquierda de la línea de medios, es de los atacantes a tener en cuenta en el equipo andaluz. Tiene poco recorrido y poco trabajo defensivo, pero su pierna zurda puede generar acciones de peligro. Especialmente realizando centros tocados y precisos a la entrada de algún compañero. También es el encargado habitual de lanzar las faltas cercanas a área de su perfil.

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