17.370 personas acudieron a la ‘final’ que se disputaba en el feudo de Orriols a las nueve y media de la noche de un jueves, donde se enfrentaban el  Levante y el Málaga en un duelo por la permanencia. Si ganaban los locales, se situaban a siete puntos del Deportivo de la Coruña y enviaban a su rival a la categoría de plata del fútbol español. Sin embargo, la victoria del Málaga les permitiría soñar una noche más con una permanencia prácticamente inalcanzable a estas alturas de competición. La noche prometía ser mágica, pues se juntaban los 100 partidos de Morales con el club valenciano y el cumpleaños del presidente de honor levantinista, Francisco Fenollosa

Pese a lo que había en juego, el partido no fue lo que nadie se esperaba. La primera mitad transcurrió con apenas un disparo a puerta por parte de los levantinistas, que parecían no ser conscientes de lo que se jugaban. Por su parte, los malagueños asediaron en un par de ocasiones la portería de Oier, aunque el guardameta vasco supo defenderse y evitar que los balones acabasen en el fondo de la red. Tal fue el nivel de juego que se mostró en esta primera parte del partido que la grada terminó por apagarse, tan solo Levante Fans animaba a un Levante que parecía no terminar de situarse en el campo.  

Tras el descanso la cosa cambió. El Levante se mostró más ofensivo y llegó un par de veces a la portería rival, siendo el 'Pistolero' Roger el protagonista cuando lanzó fuera un balón tras quedarse solo ante Roberto. Por su parte, Morales también desaprovechó una gran oportunidad de gol tras pasar un balón a Boateng en lugar de disparar él mismo cuando se encontraba en un cara a cara con el arquero blanquiazul. Transcurrían los minutos y el partido parecía sentenciado hasta que, en el minuto 93, Campaña le dio un pase a Boateng dentro del área que el ghanés transformó en gol. Todo el estadio estalló de alegría, la suerte sonreía por segundo partido consecutivo en casa.

Tras el gol, Jaime Latre decretó el final del encuentro y se desataron las emociones en el Ciutat de València. Los granotas reían, los albiazules lloraban. El Levante se tomó la revancha del último descenso, donde fueron ellos quienes bajaron en la Rosaleda, caprichos del destino. Boateng se había convertido en héroe y villano del partido tras prácticamente salvar al Levante y enviar definitivamente al Málaga a Segunda División. Ahora tan solo quedan cinco jornadas de competición, donde el conjunto boquerón deberá mostrar la mejor imagen posible, mientras que los levantinistas deberán dejarse la piel en cada partido si no quieren verse alcanzados por el Dépor, a siete puntos de distancia.