El Racing conseguía una meritoria victoria basada en una buena segunda mitad y aprovechando el desgaste físico que sufrió el Logroñés para contrarrestar el juego de ataque de los santanderinos.

En una primera mitad con múltiples alternativas pero con muy poco juego, los riojanos se adelantaban en el marcador tras una gran jugada de Ñoño que fue culminada por Espina. Los racinguistas no se amedrentaron y, conscientes de la importancia del partido, mejoraron en la segunda mitad y anularon a su rival.

El jugador uruguayo Franco Acosta conseguía el gol del empate tras una buena asistencia de Dani Aquino. Precisamente, el jugador murciano remataba a la perfección un centro medido de Castañeda para lograr el gol definitivo que otorgaba la victoria al equipo montañés.

Con tan solo dos jornadas para finalizar el campeonato, el Racing se jugará sus opciones de entrar en los puestos de promoción de ascenso el próximo domingo ante la Real Sociedad B, equipo que le precede en la clasificación y con el que empata a puntos.

Dani Aquino

3 | Esfuerzo y trabajo. El atacante racinguista es un verdadero líder, tanto dentro como fuera del campo. Aporta calidad, trabajo, lucha y goles. Su sola presencia sobre el césped obliga a los rivales a no relajarse. Su ímpetu y trabajo contagia a todo el equipo. Con su gol suma trece tantos, algunos menos que el pasado año pero esta temporada su posición, algo más retrasada, le obliga a participar más en acciones colectivas. Lo mejor de todo es que ha conseguido recuperar su olfato goleador ya que ha marcado cuatro goles en las últimas cinco jornadas.

Jerín Ramos

2 | Omnipresente. El centrocampista madrileño ha conseguido convencer a Pouso. Su buena colocación le hace recuperar muchos balones e iniciar el juego ofensivo y su ominipresencia parece recordar, en ocasiones, el juego de Busquets o Nzonzi. Con mucho que mejorar todavía, suple con garantías la ausencia de Antonio Tomás y parece consolidarse como una alternativa válida para el técnico vasco. 

Ñoño

1 | Velocidad y desborde. El extremo andaluz es un verdadero incordio para cualquier defensa. Su rapidez y capacidad de desborde generan mucha inquietud en los rivales. Sin duda, se trata del jugador más desequilibrante e incisivo del Logroñés. Facilita la presencia de su equipo en el área rival, sin desmerecer el trabajo defensivo.