Dos de los equipos más grandes de Europa se darán cita en Kyev el próximo sábado con el objetivo único de alzarse con la preciada orejona. Muchos años han pasado hasta que el histórico conjunto inglés ha conseguido volver a las grandes noches europeas. Un camino duro pero que finalmente ha merecido la pena por la recompensa final. Hace cuatro años, un conjunto red todavía en construcción coincidía en el mismo grupo que el por entonces vigente campeón, el Real Madrid de Carlo Ancelotti, en el que fue el último enfrentamiento entre estos dos transatlánticos del fútbol mundial. 

Poco tenía que ver aquel equipo comandado por Brendan Rodgers con el temible Liverpool de la primera década de siglo. Y con el de ahora. Lejos quedaba el magnífico equipo que chorreó al Real Madrid en 2009 liderado por Steven Gerrard y Fernando Torres. Una plantilla plagada de futuras estrellas y dudosos proyectos de jugadores no fue rival para un Real Madrid que, por entonces, desplegaba un juego arrollador para el disfrute del espectador. 

El primer partido quedará para el recuerdo. Pocas veces había recibido el Liverpool un correctivo de tal magnitud en Anfield con la música de la Champions League sonando de fondo. El juego de los blancos superó al escenario. James, Isco, Modric y Kroos planearon una orquesta perfecta donde Benzema y Cristiano Ronaldo fueron los encargados de ejecutar el solo final. El delantero luso abriría la lata y el francés remataría la faena con un magnífico doblete. 0-3 al descanso y partido finiquitado. El público de Anfield acabó rendido al juego del demoledor Madrid de Ancelotti. Poco más pudo hacer. Un partido que, sin duda, quedará en la retina de los aficionados de ambos equipos durante mucho tiempo. La diferencia entre ambos, abismal. 

El segundo encuentro, fue otra historia. Rodgers dejó a los titulares en el banquillo del santuario blanco y el Real Madrid, a medio gas, se hizo con los tres puntos sellando su pase a los octavos de final. Benzema desequilibró el partido en la primera mitad y ahí murió el partido. El Real Madrid hizo de la segunda parte un rondo de entrenamiento. Los jugadores reds eran meros espectadores. Si además tu técnico ni si quiera ha confiado en sacar algo positivo, nada más puedes hacer. El Liverpool, directamente, salió muerto al Santiago Bernabéu

Poco tiene que ver ese Liverpool con el que ha confeccionado el gran Jurgen Klopp durante estos años. El sábado, todos vislumbraremos el resultado final de tan majestuosa ejemplificación del fútbol ofensivo. Enfrente, el Rey de Europa. Kyev será el escenario de una de las mejores finales de Champions League de todos los tiempos.