España es un país con mucha tradición futbolística, como se puede comprobar a través de la historia de sus clubes. Sin embargo, la fortuna no ha acompañado a ‘La Roja’, ya que únicamente se logró un título en 88 años, la Eurocopa de 1964, desde su fundación en 1920. Esto cambió en la Eurocopa de 2008, que fue celebrada en Austria y Suiza, donde se alzó con su segunda corona continental.

Para levantar el preciado trofeo, los españoles tuvieron que medirse a los rusos en un encuentro disputado el día 26 de junio de 2008, en el Ernst-Happel-Stadion de la ciudad de Viena (Austria), a las 20:45 horas. En ese momento, la mayoría de las televisiones en España tenían sintonizado el partido, el cual se decantó con un 3-0 y un valioso pase a la final para los de rojo, aunque en dicho enfrentamiento usaron su segunda equipación.

Luis Aragonés, seleccionador nacional, sacó a Iker Casillas en la portería, a Marchena, Puyol, Capdevila y Sergio Ramos en la defensa, a Xavi Hernández, Iniesta, Marcos Senna y David Silva en el centro del campo y a Fernando Torres y David Villa en la punta de ataque.

Por el otro lado, Guus Hiddink utilizó a su portero Akinfeev y a Berezutski, Ignashevich, Saenko, Arshavin, Semak, Zyryanov, Zhirkov, Pavlyuchenko, Semshov y Anyukov, para completar su once inicial.

El partido se desarrolló con un total dominio español, con un total de 11 disparos a puerta por un único tiro de los rusos. Esto significó un asedio al portal defendido por Akinfeev, quien todavía conserva la titularidad diez años después, y tres goles encajados, todos en la segunda parte.

Durante la primera mitad se produje un hecho que hizo llevarse las manos a la cabeza a toda España, puesto que el que acabaría siendo el máximo goleador de su historia, David Villa, se lesionó y tuvo que ser sustituido en el minuto 34 por Cesc Fàbregas.

Cinco minutos después de que volvieran los jugadores al campo tras el descanso, llegó el primer tanto de España, convertido por Xavi Hernández, que sería cambiado por Xabi Alonso en el minuto 69, al igual que Fernando Torres, que dejó paso a Dani Güiza. El propio gaditano marcó el segundo gol en el minuto 73.

Hiddink efectuó solo dos cambios, ambos alrededor del minuto 56, para intentar revertir la situación de sus muchachos, con lo que Semshov y Saenko dejaron hueco en el terreno de juego a Bilyaletdinov y a Sychev, respectivamente.

Finalmente, y con una exhibición de lo que se bautizó como ‘Tiki-Taka’, España, y David Silva, sentenciaron con el último gol en el minuto 82.

Con el pitido final del árbitro, Frank De Bleeckere, todo el país salió a las calles para celebrar el pase a la final 24 años después de la última en 1984, al igual que lo hacían los jugadores en el mismo estadio, que se disputaría el siguiente domingo contra la todopoderosa Alemania. Sin embargo, nadie pensaba en lo que acabaría sucediendo tras el encuentro contra la ‘Die Mannschaft’ y lo que le deparaba el fútbol, a esta selección, los siguientes años.