La apatía de la temporada pasada quedó atrás. Y, visto lo visto, si una característica debiera definir el juego de los leones de Berizzo, esa sería la presión. Y eso gusta en San Mamés. De hecho, si recordamos el Athletic de Bielsa, o incluso el de Valverde, nos vendrá a la memoria un equipo que asfixiaba al rival en su salida de balón.

Así, este renovado Athletic ha dejado ver en los cuatro partidos disputados hasta el momento cuáles serán sus notas definitorias. Sin haber perdido todavía, los rojiblancos han visto puerta en todos sus encuentros y nunca han ido por detrás en el marcador. Eso sí, en tres de los cuatro choques disputados hasta la fecha no supieron mantener la ventaja y acabaron empatando.

Este dato, por anecdótico que parezca, demuestra las sensaciones que está transmitiendo el equipo. Desde el principio, y hasta que las fuerzas aguantan, el despliegue físico es brutal: presiones altas muy bien ejecutados, generalmente hombre por hombre. No obstante, esa fuerza se va diluyendo con el paso de los minutos. El Madrid sufrió mucho en la primera parte pero acabó dominando la segunda, el Huesca igualó la ventaja de dos goles que había logrado el Athletic, y el Betis, ayudado por la expulsión de Susaeta, hizo más de lo mismo.

Por otra parte, y como es lógico, esta presión va acompañada de una gran intensidad por parte de todo el equipo. El dato que demuestra este hecho, en este caso, es de las tarjetas. Contra el Huesca y Leganés, equipos a priori inferiores que como visitantes cedieron el control del juego al Athletic , el número de amonestaciones fue similar para ambos conjuntos.  No obstante, con el Real Madrid y el Betis enfrente el asunto fue diferente.

Raúl García lucha por un balón con Luka Modric | Foto: LaLiga
Raúl García lucha por un balón con Luka Modric | Foto: LaLiga

Los de Lopetegui, demostrando que quieren apostar por la posesión del balón, intentaron mantener el control del esférico. El Athletic sacó sus armas y logró poner en aprietos a los blancos. Pero para ello tuvo que ver 6 tarjetas amarillas, por 2 que vio el Real Madrid.  El Betis de Setién, por su parte, intentó dominar el balón y salir jugando desde su campo. Sin embargo, la excelente presión rojiblanca le hizo verse con dos goles en contra en el minuto 20. La conclusión del partido por todos es sabida. En él, incluidas las dos amarillas que vio Susaeta, el Athletic recibió 7 amonestaciones, por 2 de los béticos.

Y, como suele ocurrir, los datos no son casuales. Obviando posibles interpretaciones en alguna que otra tarjeta, 13 amarillas en los dos últimos partidos es un número reseñable. Ahora, si bien es evidente que las amonestaciones son una lacra y un peligro, también demuestran una gran intensidad por parte del equipo. Una gran intensidad que es un arma como otra cualquiera en esto del fútbol.