El Real Madrid visita uno de los estadios más complicados de La Liga, el Ramón Sánchez-Pizjuán, y enfrente encontrará a un Sevilla con la moral por las nubes tras golear al Levante a domicilio el pasado domingo. 

Los de Pablo Machín están empezando a encontrar su fútbol en estos últimos partidos y, a su vez, escalando posiciones en la clasificación liguera. 

El último partido que disputó el Sevilla devolvió al equipo esperanza y confianza en el proyecto, que había sido puesto en duda tras perder el derbi de Sevilla frente al Betis y haber sido derrotados por el Getafe de Bordalás en casa. También hay una motivación extra entre la afición sevillista, y ganar al Real Madrid podría ser tornar las gradas de Nervión en una auténtica fiesta. 

Este equipo ha variado mucho con respecto al Sevilla de la anterior temporada, el cual consiguió tumbar al Madrid en el Sánchez-Pizjuán. Ha llegado Pablo Machín con una idea de fútbol totalmente diferente a la de Montella, y de su mano jugadores como Aleix Vidal, Promes, André Silva o Vaclik. 

Los de Nervión tuvieron algunos problemas al principio de la temporada para arrancar. Los jugadores aún se estaban aclimatando a lo que les solicitaba Machín, así como conociéndose entre ellos. Sin embargo, una vez que se ha engrasado la maquinaria sevillista, el equipo ha comenzado a responder con creces ante las exigencias de una competición como La Liga. 

Roque Mesa, 'Mudo' Vázquez y Ever Banega se han asentado en el centro del campo y son los que llevan la batuta del juego, mientras que arriba jugadores como Pablo Sarabia, André Silva y Ben Yedder son los que aportan explosividad y gol. 

Atrás, Simon Kjaer es el líder de la defensa, y cuenta con la velocidad de Navas y Vidal para poder sacar el balón y esbozar peligrosas contras. Vaclik también se ha asentado muy bien en la portería del Sevilla, la cual se debatió la pasada campaña entre Sergio Rico y David Soria. 

A parte de los peligros del juego del Sevilla también hay que tener en cuenta el factor cancha. Nervión cuenta con una de las aficiones más entregadas del país, la cual se crece ante las grandes citas y genera un clima muy hostil para el rival. Una auténtica prueba de fuego para los de Lopetegui ante la que deben de responder de manera contundente para seguir en lo alto de la clasificación.